Horacio Cartes | Juan Carlos López Moreira | Ministro de MOPC, Ramón Jiménez Gaona |
DICEN LO QUE NO HACEN Y HACEN LO QUE NO DICEN
Transparencia política es la obligación de los gobiernos de dar cuenta a los ciudadanos de todos sus actos, especialmente del uso del dinero público y prevenir así los casos de corrupción. En sentido figurado, el término “transparencia” es utilizado para caracterizar una práctica social guiada por la sinceridad y por la perfecta o casi perfecta accesibilidad a toda la información vinculada, y que concierne e interesa a la opinión pública, o a un sector de la misma, o incluso a un solo individuo. O sea, es la preocupación por explicar, por hacer comprender, por reconocer errores o mala praxis, por abrir archivos y apuntes y recuerdos, por describir fielmente hechos y circunstancias. El objetivo primero de la transparencia, es de establecer una relación de confianza entre quien pide o exige la transparencia y quien la da, y se opone al concepto de opacidad.
Pero ya otra vez en nuestro país esa palabra transparencia, siempre estuvo en un rumbo a la inversa. Imagínense si hubiere gente con honestidad, lealtad, dignidad, auditores de la Contraloría General de la República, si se ponen en campaña de hacer un levantamiento, cuánto de bienes tenían Juan Carlos López Moreira, José Ortiz Escauriza, Blas Llano, Ramón Jiménez Gaona, Antonio Barrios, Juan Carlos Baruja, entre otros de su entorno y el propio Horacio Manuel y lo que tienen ahora, la diferencia es muy grande, sin embargo tan grande como la deuda que hoy en día tiene el Paraguay, porque los bonos soberanos + las obras públicas sobrefacturadas, + los presupuestos amañados fueron a parar todo, según las fuentes, en las falquitreras de estos mencionados, que salen muchas veces a emitir mensajes en la televisión o en portadas de periódicos nacionales con acciones inverosímiles, diciendo que todo lo que hace Horacio Manuel, es el mejor presidente de todos los tiempos y el mejor ministro que también está en la lista de los cometidos Francisco de Balde estás en tu cargo, un ministro del Interior que si le das 3 tortugas para cuidar, una se embaraza, otra se suicida y otra logra escapar con vida. Pero supuestamente él es el que tiene que cuidar la seguridad de la nación.
Pero dentro de poco sabremos mucho más de él y porqué Cartes no le quiere dar el raje. Qué secreto hay entre los dos? No será algún hallazgo en alguna estancia en el Norte o en el Chaco y éste tuvo que ummmhmmr umhmmmr, se calló, se tapó la boca por algunos motivo$$, se animó a decir nuestro informante que conoce mucho, pero teme decir porque tiene miedo de perder la vida. Entre estos mencionados no solamente hicieron su agosto, sino que se hicieron de fortunas a través de negociados y saqueos al erario público, pero no son cuestionados porque existe un código entre ellos reñe´e ha oñembo kureteta, así como hicieron con aquellos que secuestraron al finado tabacalero, donde uno de los gatillo fácil es policía que se separó de su esposa, que vivían en el barrio San Francisco de Hernandarias, para casorearse con la gerenta de la tabacalera, que vive en el Country Club y de yapa cambió su Fusquinha por un 4 x 4 a todo vapor. En fin, hay mucho que contar, pero muchas veces de qué sirve informar a la gente, porque el que informa es el culpable. Por ejemplo, como es posible un abogado de nombre Julián Paredes, que no tiene cuenta en las islas Caimán, no se fue a cambiar ningún cheque soberano en el club de Paris, y por ende nunca sacó ni Binguito ni Seneté, que ningún momento ipó remói, se compró un predio en el área 5, el nombre de un periódico, los funcionarios en actividad por más de 5 millones de dólares y lo convirtió en un ADN de la corrupción.
Y bueno, esto solamente lo podrá decir José Ortiz o el propio Horacio Cartes, si cómo se hace para conseguir una obra mágica de esta envergadura, relató un funcionario que también forma parte de este medio, que alguna vez estuvo trabajando en lo de Zucolillo. Pero bueno, como dice la constitución amparados por el articulo 28, no podremos revelar nuestra fuente. Y mucho menos dar información a los auditores, porque estos son más sin – vergüenzas vividores que los mencionados. Iporá nde contralor de la República, verdad Roy Rogers?