CIUDAD DEL ESTE (deforestación, por Carlos Roa) La deforestación sigue imparable en Paraguay, sobre todo en la Región Occidental, donde los últimos informes oficiales señalan que fueron afectadas 225.065 hectáreas (desde enero de 2017 hasta enero 2018), es decir, 616 ha. por día en promedio. La deforestación en el Chaco siguió siendo en 2018 el mayor problema ambiental que sufre el Paraguay. En 2017 y hasta inicios de este año más de 225.000 hectáreas se vieron afectadas por la tala de bosques, siendo Boquerón el departamento con más de 146.000 hectáreas afectadas. Solo en la Región Occidental, en el periodo mencionado, unas 225.065 hectáreas fueron deforestadas. Este incumplimiento de la ley de deforestación cero pasa principalmente por la falta de control de los entes responsables y la impunidad de que gozan los infractores de la normativa. Recordemos que durante su mandato, el expresidente Horacio Cartes promulgaba decretos autorizando la deforestación, contraviniendo expresas normas nacionales e internacionales. También aparece vinculado el exgobernador de Canindeyú, Alfonso Noria, dueño de una estancia donde deforestó más de 6 mil hectáreas en poco tiempo. Este es miembro del clan de la veterinaria de Canindeyú, conocida como la reina del Norte, la Cristina Villalba, mboriahú kué. Y ahora por arte de mafia, quiero decir, arte de magia, esta se volvió millonaria de un día para otro. Paraguay es un país de dos tiempos, uno por un lado el de papel, donde figuran y hay todos los papeles que las cosas se hagan bien, pero se convirtió en letra muerta y la realidad es esto; deforestación, curro, bandidaje, corrupción latente, sobrefacturaciones, sin meritocracia, obras manipulitis, desfalcos, evasiones, lavado de dinero, en fin, hasta una escuela que demora siete años para tratar de arreglarlo, ¿pe pillá?
En cuanto al desmonte para la ganadería o plantación de algún tipo de grano, el ministro del Ambiente, Ariel Oviedo, indicó que en Paraguay se dan 4.000 muertes relacionadas con la contaminación del aire, producto principalmente a la descontrolada deforestación y los agrotóxicos, que son el otro gran delito que son cometidos por estos mal llamados productores, que sin embargo en procura del lucro destruyen la pacha mama y envenenan todo lo que encuentran en su frente. Y cuando se les da el micrófono, salen a decir barrabasadas, como este Héctor Cristaldo, uno de los grandes sin – vergüenzas que defiende este nefasto negocio de la soja y para colmo, no quieren pagar los impuestos correspondientes, mientras ellos facturan sumas millonarias año tras año. La exportación de soja en Paraguay no paga impuestos, mientras que en la Argentina de Mauricio Macri soporta una carga del 34% sobre el precio de exportación y el cultivo sigue en aumento. En tanto en Brasil pagan 35%, mientras aquí no pagan absolutamente nada y encima violan todo tipo de leyes ambientales.