CIUDAD DEL ESTE (Realidad fatídica, por Charly Friend)Paraguay, corazón de América del Sur, es visto hoy en día por quienes conocen nuestro país como una nación de bajos recursos intelectuales. Profesores y profesoras que participan en concursos para mejorar su calidad de aprendizaje apenas logran que un 30% alcance el umbral. Por donde se mire, el país está en una situación crítica, principalmente debido a los políticos, una jauría de sinvergüenzas aprovechadores que dicen que estamos en una era democrática, pero hacen lo que quieren y como quieren, llevando a los ciudadanos paraguayos por un camino tortuoso, similar al de Venezuela y otros países vecinos.
No se puede enfrentar a los gobiernos ni al secretario que reparte café en la embajada americana porque tienen el pasado sucio. Vean cómo ocurrió la muerte del diputado Lalo Gómez, quien estaba involucrado en tráfico de drogas y lavado de dinero, y era muy amigo del Chapo HC. Ciudadanos que se acercan a nuestra redacción cuentan y es conocido en vox populi que este energúmeno no le sirve al país y es el cáncer de Paraguay. ¿Puedo ser más claro?
Pero no todo esto se reúne en un popurrí de hechos vandálicos. El metrobús, que fue diseñado para no hacer nada y consumir toda la inversión, involucró incluso al Ministro de Obras. ¿Cómo vamos a tener un país del que podamos decir “¡Paraguay, carajo!” si el propio presidente del congreso es un estafador que se pasa diciendo “yo soy yo y punto final”? Su hermano Ñoño está preso por sinvergüenza, y él se aprovecha al máximo de lo que puede para llevar harina a su molino.
Para salir de este curso, nos dirigimos a Ciudad del Este, un lugar que fue considerado el pulmón económico del país, donde los taxistas y moto taxistas alternativos estacionan donde quieren y como quieren, obstruyendo la circulación práctica de turistas e incluso de ciudadanos que van o vienen de su trabajo. Estos agentes de tránsito se dedican simplemente a negociar y a coimear, y el director de ellos no ve ni hace nada para mejorar, al menos, las estupideces y el cachafacerismo de muchos conductores, incluidos taxistas o conductores de Bolt, que en muchos casos conducen en estado etílico. Cuando se les replica, salen a decir sandeces y son unos maleducados, pero no son controlados por las autoridades.
Además, considerando la situación de Ciudad del Este como una ciudad de gran comercio, los cambistas se colocan en lugares equivocados para que los vehículos paren y hagan transacciones monetarias, obstaculizando a otros que están en la vía. Esto es totalmente irregular, pero los agentes de tránsito no hacen nada. Este es el país de la bartola.