CIUDAD DEL ESTE (Tendencias, por Luly Cabral Soares) Un bien con una reacción colateral preocupante es lo que ocurre hoy en día con la tecnología avanzada que tenemos de los I-Phone, los Samsung, Apple, los Huawei y los Xaiomi que si uno no sabe de qué se trata esto, es porque tiene un 1100. Son estos los celulares de alta gama que hace que veamos hasta la campanilla de la mujer y las intimidades entre hombres y mujeres. Las ocurrencias, los malgustos, los piropos encandescentes, los pedidos de fotos hot, en fin, una obra de manipulitis mental como la de Tony Kamo, que se cobró una friolera suma para una charla donde no se entendía si era cocido o café. Pero como en Paraguay todavía estamos gateando en la sapiencia, somos una manga de buey cornetas todavía, encabezados por los grandes cabrones que se encuentran en el parlamento. Esto es así como un breve comentario. Lo que va en esta narra es que las mujeres que son mayoría en el mundo están desesperadas por la actuación de los hombres.
Muchas féminas se plaguean en la cocina, en los encuentros con sus compañeras, sobre el trato de su pareja actual, que siempre se preguntan entre ellas: “che, como andás con tu novio en la cama? Y generalmente la respuesta es ésta: y mirá, ya no sé que hacer, porque el se sube, galopa un chiqui, luego baja, me deja con las ganas y me da la espalda y se duerme. Y yo mientras padezco las de Caín, fusilada y fustigada por su miembro por espacio de 3 a 4 minutos, que seguramente lo satisface, pero para mí esto es simplemente el aperitivo. Porque mi miembro sensorial es pequeñito y muchas mujeres piensan que la relación sexual es pene y vaginal, y que ahí se produce el coito y la exclamación final es “aaaahhh”.
Sin embargo muchos piensan que la sensibilidad del sexo como dijimos más arriba, es el pene y la vagina. Nada que ver. El de la mujer es el clítoris y del hombre es el capuchón, donde son los ítems sensoriales para la eyaculación. Y como estaba narrando esta chica, que su pareja simplemente se aprovecha de ella de esta manera en una encuesta hecha por este medio, a cientos de mujeres reaccionaron de esta manera; no nos queda de otra que buscarnos un extra, porque el titular no llena las expectativas. Además, después del coito, ellas desean mimos, un diálogo franco, o caricias, pero el hombre generalmente se da la vuelta y se duerme exhausto por el esfuerzo.