CIUDAD DEL ESTE (policiales) Los cuatro agentes de la subcomisaría 46 del barrio San Juan de Ciudad del Este, a cargo del comisario principal Teodoro Benítez, devolvieron los 2 millones de guaraníes al ingeniero agrónomo Fernando Nicolás Britos Román, quien decidió no denunciarlos ante el Ministerio Público, según las fuentes.
El director de Policía de Alto Paraná, comisario general inspector Feliciano Martínez, tiene conocimiento detallado del procedimiento extorsivo, la golpiza a la víctima y la devolución de la coima, pero no tomó ninguna medida contra los policías recaudadores ni contra su jefe, Benítez, quienes continúan en sus cargos.
Frontera Noticias, el jueves por la mañana, informó a través de sus plataformas digitales sobre la detención aparentemente ilegal que sufrieron el ingeniero agrónomo Fernando Nicolás Britos Román, de 28 años, y su amigo Diego Lezcano, de 24. Ambos fueron detenidos en la madrugada del jueves pasado, en la estación de servicios “Puma”, en el km 9 de la avenida San Blas, en la capital de Alto Paraná.
Los jóvenes fueron privados de libertad sin motivos aparentes a las 00:25 horas y liberados alrededor de las 03:30 horas, tras pagar 2.000.000 de guaraníes como “coima” de los 6.000.000 solicitados inicialmente por los uniformados.
Tras la publicación de Frontera Noticias, los policías que ejecutaron el procedimiento extorsivo —los suboficiales segundo Junior Ortiz, Juan Martínez, y los suboficiales ayudantes Cristhian Delgadillo y José Giménez— contactaron al ingeniero agrónomo para devolverle el dinero y evitar que denunciara el hecho ante la Fiscalía.
Presionados por el jefe de la subcomisaría 46, comisario Teodoro Benítez, los agentes llegaron a un acuerdo con Britos, quien fue golpeado, esposado y encerrado en el calabozo. Britos había manifestado a un periodista de Frontera Noticias que radicaría la denuncia contra los policías a las 13:00 horas de ese jueves, pero nunca apareció para hacerlo.
Más tarde, las fuentes informaron que los policías devolvieron el dinero de la coima al ingeniero agrónomo.
NO SE TOMARON MEDIDAS
A pesar de la gravedad del hecho y la admisión por parte de los uniformados, al devolver el dinero de la coima, el director de Policía de Alto Paraná, comisario general inspector Feliciano Martínez, no tomó ninguna medida contra los suboficiales involucrados, ni contra el jefe de la subcomisaría, Teodoro Benítez, quien es el responsable directo de las actividades delictivas de sus subalternos.
No es la primera vez que los agentes de la citada dependencia policial realizan procedimientos extorsivos. También se les acusa de plantar drogas a los jóvenes para extorsionarlos y de haber robado objetos de un vehículo involucrado en un accidente de tránsito, el cual fue llevado a esa sede policial. Abrieron la evidencia y sustrajeron todo lo que había dentro. Estas son solo algunas de las denuncias que salpican a los policías de la subcomisaría 46.
Sin embargo, Martínez, quien lleva más de un año en la zona, prefiere dar la espalda a los hechos y las graves denuncias, en lugar de depurar el personal policial de dicha subcomisaría.
ANTECEDENTES
Fernando Nicolás Britos Román en una entrevista con a un periodista de Frontera Noticias había relatado que alrededor de las 00:15 horas del jueves pasado salieron de su casa para ir a la estación de servicios del emblema “Puma”, ubicada sobre la avenida San Blas. Al llegar a la gasolinera, Britos se bajó del vehículo y fue a la tienda a comprar gaseosa, pan y cigarrillos.
Cuando regresó de su compra, encontró a la patrullera policial y a los agentes registrando a su amigo.
Los policías le solicitaron los documentos y, según Britos, luego actuaron con prepotencia: a empujones lo obligaron a subir a la patrullera y le aplicaron descargas eléctricas con una picana. Mientras tanto, su amigo, acompañado de un policía, fue llevado a la sede policial en el barrio San Juan.
Al llegar a la subcomisaría, los agentes actuaron con suma prepotencia hacia Britos, quien exigía una explicación sobre el motivo de su detención.
Lezcano, al ver que Britos era agredido, comenzó a grabar con su celular la actuación policial. Entonces, los policías le arrebataron el celular a Lezcano y, a golpes, lo obligaron a borrar la filmación.
Posteriormente, Britos, esposado, fue ingresado al calabozo. Los uniformados acusaron a Britos de estar borracho, pero ni siquiera lo sometieron a la prueba de alcoholemia. Exigieron a Britos la suma de 6 millones de guaraníes para liberarlo.
Los detenidos se comunicaron con sus familiares para solicitar el dinero requerido por los agentes. En horas de la madrugada, se presentó en la subcomisaría 46 la señora Susan Karina Ocampos, pareja de Britos. Ella, con un préstamo, consiguió la suma de 2.000.000 de guaraníes que finalmente entregó a los suboficiales Ortiz y Martínez.
Luego, Britos y su amigo fueron obligados a firmar un acta en la que constaba que supuestamente ellos habían evadido un control policial e ingresaron a la estación de servicios.
“Tras la presentación de los documentos por parte de la señora Susan, como registro de Britos, ambos fueron puestos en libertad”, según el acta policial.
Las víctimas obtuvieron el video del circuito cerrado de la estación de servicios, en el que se observa el procedimiento policial.