CIUDAD DEL ESTE (Realidad fatídica por Esteban Ross) Realmente es tétrica la forma como se manejan los hospitales y más donde acuden los pobres, los humildes, los desamparados. Es así que uno acude a emergencias médicas en el Hospital Regional de CDE, más conocido como Hospital de Traumas, solamente para salir traumatizado de esta experiencia. Qué es un hospital de Trauma? Es un centro médico especializado en atención de emergencias graves, como accidentes de tránsito, caídas, heridas graves y otras lesiones traumáticas pero su principal característica es que los profesionales que en ese lugar se desenvuelven sol altamente capacitados para tratar casos críticos de manera rápida y eficiente. Es decir que son profesionales que no solo están capacitados en lo básico, sino que deben hacer otros cursos que les permitan estar al tiro cuando se presenta la emergencia. Pero no, en el Hospital de Traumas de Ciudad del Este lo que menos hay son profesionales capacitados, lo que sí hay es una multitud de estudiantes haciendo residencia, pasantía o lo que fuere, que en realidad usan el tiempo y el espacio de estar en el hospital como si fueran funcionarios municipales, tomando mate y haciendo nada, chismoseando, hinchándose entre ellos como adolescentes de escuela.
Uno llega para consultar y lo pasan al Triage donde le toman la presión, los dato básicos, temperatura y qué pa te pasa.. y si no estás a plena vista desangrándote o con alguna fractura expuesta entonces podes esperar hasta que amanezca nuevamente a ver si alguien te atiende. Cómo es posible que ningún médico se encuentre en la parte de urgencias? Solamente estudiantes. Por qué el director del hospital el Dr. Federico Schroeder no es capaz de dar una vueltita por el hospital y ver cómo se están manejando las cosas. Al final cada uno hace lo que quiere y ni los estudiantes son acompañados por sus maestros u otros profesionales más experimentados ni hay nadie en urgencias que pueda recibir a nadie. Solamente enfermos y desahuciados esperando el milagrito de la salud pública
La parte más triste es que cuando uno se da cuenta de que sencillamente lo están ignorando, de que simplemente no les interesa realizar su trabajo, porque no es que las demoras se dan porque están en algún otro caso más urgente, sencillamente no quieren atenderle a los pacientes y uno se acerca a reclamar la indiferencia con la que se manejan, estos en vez de reconocer su error o solucionar de una vez lo que se les está solicitando al contrario se vuelven más altaneros, creyéndose como se autoproclaman desde el primer día en la carrera de medicina “Dioses” cuando en realidad no pasan de simple escoria, así como el residente que aparece en la fotografía y que luego de maltratar a quienes le reclaman la falta de atención y sobre todo de empatía y de hospitalidad se esconde tras el guardapolvo y encima los colegas le cubren ya que nadie quiso brindar el nombre de este desubicado.
