CIUDAD DEL ESTE (Realidad Nacional, por Noelia Orué) El incremento del desempleo, la pobreza, el crecimiento de la delincuencia, la precariedad del trabajo, las manifestaciones y las muertes por el Covid 19, en efecto son algunas de las consecuencias de esta pandemia en nuestro país.
La crisis de trabajo expone a que las personas caigan en actividades ilegales, incrementando más el temor de ser una víctima más del cartel de los delincuentes. Y eso, que también en algunas ocasiones y para la desgracia de muchos inocentes, estos delincuentes son respaldados por las autoridades que hacen la vista gorda ante los hechos ocurridos, estos tipos de gente son equivalente del Gobierno corrupto. Cada día los delincuentes se hacen más presentes, ahora las condiciones de sobrevivir a la pobreza, será con la inseguridad de temer ser atacado por cualquier persona que lleve un gorro y un tapabocas.
La crisis no sería tan alarmante ya que las personas estarían predispuestas a colaborar por un país mejor. Bueno, ¿Qué es lo que pasa? Muchos no quieren entender que la crisis mundial no pasará a corto plazo, la cuarentena seguirá hasta que se acabe la pandemia.
Pero ¿Cuál es el problema principal? Si nuestros gobernantes hubiesen sido líderes honrados que nos guiaran a producir sin que haya deudas, en estos años el Paraguay tendría una potencia económica bastante sustentable que rendiría para cubrir todos los daños y perjuicios causados por esta pandemia, independientemente de otros países.
La elección de nuestros gobernantes es como tirar una moneda al aire, elegimos uno y parece que todo va a cambiar, pero todo sigue igual. El paraguayo no ha crecido por permanecer sentado en una silla, deberían de ser más diligentes descubriendo nuevos avances, aportado nuevas ideas para que el país no sea más azotado por una crisis económica, que durante años hemos sido ultrajados por un gobierno corrupto e insensible. El Paraguay crecería el día en que el pueblo se una para crear una revolución cívica, desmantelar a todos los corruptos que están en el poder y derogar los decretos político – económicos usados para perjudicar a la ciudadanía paraguaya en beneficio de los capos que están en el poder. Nuestro país necesita de un líder que nos guíe hacia el progreso, a invertir y a producir.