CIUDAD DEL ESTE, (Reseña histórica, por Redacción). Es muy conocido nombre “Domingo Barthe”, en realidad su nombre original era Dominique, quien procedía de Pou, Francia y no era más que un don nadie que desembarcó a la edad de 12 años en Buenos Aires, Argentina, en 1867. Ahora nos preguntamos cómo alguien sin un céntimo en su bolsillo, llegó a tener una fortuna multimillonaria y a comprar miles de hectáreas. El conocido “latifundista” Barthe, cruzó la frontera en 1870 y pasó al Paraguay, comenzó como empleado de una casa comercial yerbatera en Villa Concepción, donde estuvo hasta 1875. Y llegó a tener más 1.125.000 hectáreas.
Ahora, queremos hablarte sobre las 257.904 hectáreas que se vendieron entre enero y diciembre de 1888 a los señores Manuel Gonzalez, Salvador Boucau, Pedro Cardona, Arturo Watzermborn, pero recuperan el 3 de septiembre de 1894 y revende esas tierras porque los compradores solo pagaron la primera de las cuatro cuotas que debían abonar por ellas. Aquí es donde entra el francés, Domingo Barthe, cuando en 1912 y 1913 compra desde, Buenos Aires las mismas tierras de los compradores cuyos títulos ya habían sido anulados en el Paraguay.
El fiscal general, de aquella época, Víctor Rojas, inició una demanda el 29 de julio de 1921, en representación del estado contra los herederos de Domingo Barthe, señalando la nulidad de los títulos de la propiedad que poseían sobre la misma tierra. Pero dicha demanda falló a favor del estado en 1953. Para el 10 de marzo de 1961 el estado registra la propiedad como la finca número 81 distritos de San Joaquín, pero el 16 de febrero de 1963 la corte suprema de justicia ratifica la sentencia confirmando la restitución al estado paraguayo de las 257.904 hectáreas.
Y dichas tierras tienen un transcurso hasta las manos de Tranquilo Favero, y todo comienza el 28 de noviembre de 1969 con Silvia Amalia Barthe, la supuesta heredera de Domingo Barthe, quien decidió transferir la finca 4036 Jesús y Trinidad Folio 1 al banco de Asunción en su carácter de fideicomisario al banco de Asunción, quien transfirió a otro grupo, y fue pasando de manos en manos desde 1979 a 1999, hasta que la finca 4036 se convierte en varias propiedades adquiridas por el grupo Favero.
El Instituto Nacional de Desarrollo Rural y de la Tierra (Indert), revela que las fincas de Favero son del estado, las primeras estimaciones oficiales sobre la ubicación de las tierras, que el estado recuperó mediante un fallo de la corte confirman que las propiedades del empresario se encuentran en fincas públicas de la historia de las 257.904 hectáreas del Paraguay.
Aunque el escribano Luis Acosta, señala que los inmuebles de la finca1024, luego convertida en 4036, donde se encuentran las propiedades de Tranquilo Favero, y otros en Ñacunday, están lejos del inmueble que el estado litigó y sacó a los herederos Barthe, en 1958. Esto nos hace preguntarnos, si el dinero es más importante que el pueblo, porque hay pruebas de que dichas tierras son del estado. Y como todo acá, la corrupción siempre quiere ganar y el dinero gana sobre los derechos. El pueblo merece saber que hay tierras con títulos nulos en manos de extranjeros corruptos.