Llegamos al final de un año trágico, sobrepasado por un gobierno de cartulina donde lo cierto era mentira y la mentira era verdad. Donde con manipuleos entre los grandes granujas de este país la ciudadanía paraguaya casi entró en un estado cataclísimo de la miseria, la hambruna y el padecimiento de un virus mutado por algunos científicos chinos, según publicaciones de medios en el mundo, y el propio Donald Trump lo había dicho. Y en nuestro país el pandemónium era el tal Marito, el Mazzoleni y el Sequera que gobernaban el portaavión de las mentiras a estribor y babor, mientras tanto los paraguayos nos idiotizamos por las noticias difundidas por medios comprados o alquilados.
Pero como suele decirse, Dios es grande y el que confía en él siempre tendrá la salvación. Dios es para todos y no hay que dividirlo en religiones, como lo hace Julio Fernández, que según nos dijeron, le tiene rabia y odio a los Católicos. La fe es lo más importante del ser humano para que el señor que no se lo ve, pero se lo siente, pueda hacer realidad el bienestar, la felicidad, la salud y el buen pasar. Cuando se decomisaba mercaderías por falta de los arreglos y valores en el depósito B eran descargadas las mercaderías y como yo recorría todos los barrios de CDE y ciudades del país me desfiguraba al ver la cara de mis compatriotas, de criaturas sucias, desnutridos, harapientos y los padres sin saber ni cómo hacer para solventar la hambruna de sus hijos.
Yo pedía a la institución aduanera que esas mercaderías me den para repartir a los necesitados, y así lo hice. Pero como siempre existen los demonios, un día encuentro una denuncia por pedir donaciones ahora convertidas en extorsión ndaje. O sea la lengua española cambió de parecer. Pero bueno, soy un soldado de Dios y me puso para estar al frente de todos los problemas y me ayudar para triunfar sobre el mal y los diabólicos seres humanos envidiosos, cretinos e hipócritas. Se suele decir que el peor mal de la humanidad es la codicia y la envidia y más una vez agradezco a Dios porque llegamos hasta donde estamos ahora, con una pan demia diminuta pero que nos dé la opción de trabajar y conseguir un pedazo de pan para la mesa de la casa. Estamos llegando a las fiestas de fin de año, donde se celebra el nacimiento del niño Jesús, conocida como la Navidad. Y después pasamos a la fiesta de fin de año, la bienvenida del 2021, esperando que Dios más una vez nos bendiga a todos los paraguayos, todos los humanos de la tierra y que no usen ningún tipo de revancha con aquellos que profesan otras religiones, hablando mal del Catolicismo. Porque según dijo en sus sabias expresiones dijo “amaos los unos a los otros”. Nosotros como medio nos estamos despidiendo de uds por este año, deseándoles una muy Feliz Navidad y un año nuevo diferente, que el que pasamos de penurias, hambrunas y dolencias. Y que gracias a la fe de cada uno de uds esto puede cambiar. Tengan fe, caros hermanos.
Son los deseos de Carlos Esteban Roa, director periodista y su staff de funcionarios, Paz Benítez, Thomas Beck, Adolfo Martínez, Daisy Díaz, Benedicto González, Derlis Alvarez, Rosa Peralta y a nuestros colaboradores que siempre estuvieron dándonos la precisa, para que este medio sea uno de los más puntillosos y líder en primicias informativas.