CIUDAD DEL ESTE (Redacción) El Arquitecto Argentino Edgardo Ludueña incluye a Ciudad Del Este en la gira de publicación de su más reciente obra titulada “Huesos y túneles de Luxan”, el autor se encuentra de tour desde comienzos del 2020 y ya visitó Brasil, Ecuador, y Panamá en este recorrido donde incluye ahora a Paraguay. La presentación será los días 7 y 8 de julio. El libro sobre los túneles de Luján contiene 332 páginas y fue realizado por García Ediciones. El prólogo fue realizado por el escritor Aldo Capece con colaboraciones de Hebe Uhart (f), Francisco Cuadrelli, Marcelo Javier Toledo, abordando temáticas sobre relatos de túneles en Luján, el Megaterio de 1787, primer puente de madera de la provincia de Buenos Aires y diarios de viajes alrededor del mundo.
A pesar de que en Lujan (Argentina) la historia de los túneles es conocida por muchos vecinos, recién en 2013, Edgardo y sus compañeros de Museo pudieron fotografiar estos caminos subterráneos que darían origen al presente libro. Tiempo antes, el día 26 de septiembre de 2008 en horas de la mañana se tomaron muestras de tierra de una excavación efectuada a casi un metro de profundidad por debajo de la puerta del cabildo de Luján, en ocasión de removerse el piso del pórtico en su totalidad para colocar el actual solado.
“Desde hace décadas los habitantes de Luján aseguran con total certeza, que existen túneles en el área histórico basilical, aunque estos jamás han sido documentados”, aseguró el creador del Museo de las Excentricidades y escritor del libro que relata la historia de estos túneles. El tema de los túneles está completamente arraigado en esta comunidad, aún en casos en que estos no han sido vistos en absoluto.
“Las estructuras subterráneas en Luján tienen su origen en la época colonial ya que las estancias que conformaban la actual ciudad fueron atacadas en varias oportunidades por malones aborígenes de los siglos XVIII y XIX. Estas construcciones eran utilizadas para organizar escapes y salvar vidas, también para mantener frescos alimentos, entre otros usos”, explicó el arquitecto que durante 21 años trabajó en el Museo de la Familia Ameghino.