La crueldad disfrazada de ternura

Por Carlos Roa.

El lenguaje político está diseñado para que las mentiras suenen como verdades, que el crimen parezca respetable y para darle consistencia a lo que es puro viento.
El lenguaje político está diseñado para que las mentiras suenen como verdades, que el crimen parezca respetable y para darle consistencia a lo que es puro viento.

El lenguaje político está diseñado para que las mentiras suenen como verdades, que el crimen parezca respetable y para darle consistencia a lo que es puro viento. Son palabras del escritor y periodista George Orwell, quien dio en el blanco, al hacer esta sencilla pero compleja frase. El hecho está a la vista de todos. Basta leer la prensa diaria, oír los informativos de la radio o de la tele, las tertulias de todo color y de todo pelaje. No hay que demostrarlo. Lo sabemos de sobra. En las campañas electorales, son mansos corderos, buenos, moralistas, nambré loo, pero una vez electos, se transforman en la peor bestia posible y hacen trizas la esperanza de los votantes depositados en las urnas.

 Lo más preocupante no es el hecho de vivir engañados. Lo peor de todo es que se nos engaña en cosas muy graves. Y además la política del engaño y la mentira van en aumento a una velocidad de vértigo. Sin que nos demos cuenta, cada día tenemos menos derechos, ganamos menos, vivimos más inseguros, la sanidad funciona peor parecida en la época de los nazis, donde más se practicaba la carnificina que salvar vidas, la educación es más deficiente, nadie sabe a ciencia cierta cómo va a vivir el mes que viene…. Y encima de lo dicho, se nos asegura que estamos por buen rumbo, que marchamos hacia el paraíso terrenal.

Estos imprestables politiqueros y autoridades en el poder que ya vienen arrastrando años, décadas, en el mismo modus operandi manteniendo la pobreza, siendo los principales artífices de esto los caudillos feudales, como algunos clanes y así se mantienen en el poder. La mayoría empobrecida se vuelven mendigos del gobierno y de yapa piden ayuda para combatir la pobreza, pero cuando llega el dinero lo despilfarran con artilugios para construir sus mansiones, la extra, la modelì de popular o viajes de lujo a las islas caribeñas, mientras que ese país que envió dinero para darle a un prójimo humano, en el caso paraguayo, estos piensan que hicieron la más acertada inversión.

Por no hablar de las macabras y repugnantes noticias, que nos llegan cada mañana, sobre nuevos y asquerosos casos de corrupción, ejecutados impunemente y con guante blanco por quienes todos los días nos dicen que tienen la conciencia tranquila y las manos limpias. Como por ejemplo el caso del contralor y la sub-contralora quienes recientemente fueron obligados a renunciar, empujados por los escándalos de corrupción que envolvía sus gestiones. Y de japa, Cartes ahora quiere premiar al ex contralor con un jugoso cargo en Itaipú. De verdad, si se piensa despacio, todo este cúmulo de despropósitos llega a representar, para muchas personas de bien, un vomitivo insoportable. De ahí, la pregunta: ¿por qué nos mienten tanto nuestros gobernantes y los que aspiran a serlo? ¿Por qué aguantamos este cúmulo de engaños y desvergüenzas?

Resulta pertinente recordar un sabio principio que supo formular un clásico, bien conocido, en asuntos de política. Nicolás Maquiavelo lo dijo: “Los hombres son tan ingenuos, y responden tanto a la necesidad del momento, que quien engaña siempre encuentra a alguien que se deja engañar”. Esto es lo que pasaba a finales del siglo XV. Siempre había “alguien” que se dejaba engañar. Esta es una enfermedad social, una sicosis que en nuestro país persiste como si siguiéramos en el siglo XV.

En este momento, por más que nos manifestemos a gritos por las calles, la pura verdad es que somos “millones” los que votamos, como salvadores de nuestros males, a los más embusteros que se hartan de predicarnos mentiras y patrañas. Ya sería el momento de despertar a este pueblo paraguayo, ante esta crueldad disfrazada de ternura e identificar a los lobos vestidos de cordero de aquellos que realmente busca un poco de desarrollo y bienestar para sus conciudadanos.

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