El vicecónsul paraguayo en Foz de Yguazú (Brasil), Iván Airaldi, explicó que la organización criminal dedicada al tráfico internacional de drogas y que utiliza a jóvenes paraguayos como mulas está muy bien organizada. Todos los jóvenes paraguayos contactados recibían nombres y direcciones falsas de quienes los contrataban para el servicio. La mayoría recibió un abogado contratado por extraños y no les permiten comentar muchos detalles, ni siquiera con su familia.
Sin duda, es una organización muy grande y con tentáculos en todos lados, pues siempre encuentran jóvenes de escasos recursos y muchas necesidades a quienes incluso primero les regalan dinero y luego los convencen de actuar como mulas transportando cocaína, siempre con destino a países europeos. Los jefes y líderes hasta hoy no han sido identificados ni detenidos por las fuerzas del orden ni en Paraguay, donde contratan a las mulas y preparan las cargas, ni en Brasil, donde contratan abogados para representar a los que caen, ni en Europa, destino final de la cocaína. Los que concretan la entrega reciben hasta 2.000 dólares de paga por el servicio, explicó el diplomático, que muchas veces se encarga de informar la situación a las familias en Paraguay. El representante consular coincide con la hermana de uno de los mulas, quien explicó a este diario que al enterarse de que la familia paraguaya contrató un abogado, de inmediato obligaron al joven a renunciar a ese abogado y firmar un documento por el cual solo autoriza ser representado, que evidentemente es enviado por la organización criminal. Estos abogados generalmente no permiten que los mulas declaren y les limitan las visitas, e incluso les limitan lo que deben hablar con sus propios familiares, todo con la promesa de que no serán abandonados y que pronto saldrán libres.
Airaldi también explicó que la representación consular paraguaya en Foz de Yguazú no cuenta con presupuesto para contratar abogados y brindar asistencia legal a ningún paraguayo en ninguna circunstancia. Por ese motivo, sea cual fuere el problema, los paraguayos que no tengan dinero para contratar abogados deben recurrir a la defensoría pública brasileña. Lo que explicó Airaldi es que en los últimos meses lograron mucha comprensión de varios jueces federales, quienes entienden la situación de los compatriotas detenidos como mulas, confirmando que no cuentan con antecedentes en Paraguay ni en Brasil y acceden a la aplicación de penas mínimas.
En otro momento, Iván Airaldi explicó sobre el sistema carcelario brasileño y dijo que, a diferencia de las cárceles en nuestro país, el trato es más humano. Comen tres veces al día, y a la media mañana y media tarde consumen yogurt o frutas. Igualmente, algunos compatriotas, en base al sistema de reinserción, están aguardando libertad ambulatoria que incluye un trabajo en supermercados o talleres que tienen trato con la justicia brasileña. Para esos casos contarán con tobillera electrónica y un área delimitada para poder movilizarse entre la vivienda asignada y el lugar de trabajo.
