Es una verdadera vergüenza que en nuestro país no se pueda siquiera respetar las reglas de convivencia básica. Nos referimos a una situación como las rampas para los discapacitados, que fueron construidas para que éstos puedan cruzar la calle en las sillas de ruedas. Sin embargo, automovilistas inconscientes, maleducados y muchas prepotentes, estacionan sus vehículos obstaculizando así el acceso a dichas rampas, impidiendo ya que el impedido físico pueda circular por las vías que fueron habilitadas especialmente para él.
Generalmente, los autores de estos atropellos resultan impunes, ya que nadie controla, ni la Policía de Tránsito, ni la Policía Nacional, ni las autoridades municipales, por lo que los discapacitados están a merced de la suerte.
Otra situación irregular que se da en CDE, son las playas de venta de vehículos, que exhiben su mercadería en las veredas, impidiendo así el paso a los peatones, quienes deben caminar en plena calle, motivo por el cual ya se registraron muchos accidentes. En este caso la Policía Municipal debería de multar a los infractores y ordenar el despeje inmediato de las veredas, cosa que tampoco sucede, porque éstos cada fin de semana cobran su tuque y listo. Hasta cuándo seguirá esta vergonzosa situación?, es lo que nos preguntamos.