EN SU PRIMERA GESTIÓN, YA SE EMBARRÓ CON LA CORRUPCIÓN
(Primera Parte)
CIUDAD DEL ESTE. ¿Sabías cuál es el colmo de la justicia? Los ciudadanos paraguayos creen que el colmo de la justicia es tener jueces, fiscales y abogados corruptos que manipulan a su antojo la justicia en nuestro país. El culpable es inocente y el inocente es culpable. Días pasados en la capital del Alto Paraná se descubrió un caso más de los negociados existentes en tribunales de ésta región y en ésta oportunidad hablaremos de la jueza penal de Garantías N° 1 de Ciudad del Este, Teresita Beatriz Cazal Sanabria, quien se encuentra en su primer mandato como magistrada y ya está premiada en una supuesta coima de 50.000 dólares, que habría cobrado para liberar a tres clonadores de tarjetas de créditos. La Corte había nombrado como juez a Cazal Sanabria para “mejorar” la imagen judicial en la región, tras la destitución de varios magistrados por favorecer a procesados por narcotráfico. El 24 de setiembre de 2013, la Corte Suprema de Justicia designó a Cazal Sanabria como titular del juzgado penal de Garantías N° 1 de Ciudad del Este, en reemplazo del exjuez César Níder Centurión, quien había renunciado ante su inminente remoción por haber favorecido a un procesado por narcotráfico, otro que bien baila.
Cazal Sanabria, que era funcionaria del Poder Judicial de Asunción desde 2004, vino a Ciudad del Este para “mejorar” ndaje la imagen judicial ante el descrédito ciudadano a causa de fuertes indicios de corrupción de los exmagistrados recientemente desvinculados (algunos destituidos y otros renunciaron) de la época.
Sin embargo, la juez Cazal Sanabria lejos de procurar honrar a la institución judicial, ya se encuentra salpicada por un supuesto caso de corrupción. Según fuentes, Cazal Sanabria habría cobrado 50.000 dólares para desligar de un proceso penal a tres extranjeros imputados por clonar tarjetas de créditos y débito.
Laurentiu Bota (27) y Marian Zarku (37), ambos de nacionalidad rumana, y Amantino Vargas Neto (32), brasileño, fueron detenidos el 5 de octubre pasado. El 3 de noviembre último, como “castigo” fueron expulsados del país y multados poco más de G. 5 millones. En resumen: ya se encuentran desvinculados del proceso en menos de un mes, tras ser beneficiados con un dudoso procedimiento abreviado, dispuesto por la magistrada.
Aquí se ve la verdadera realidad y el desandar de la justicia paraguaya, donde la mayoría de los ciudadanos están obnubilados de tan sin –verguenzería, coima, negociados, y sobre todo utilizando el parapeto con rótulo fosforescente de la impunidad. Vean bien, a partir de ahora ustedes sacarán la conclusión, la jueza envía a un letradito (abogado) Edgar Cuevas llevando una propuesta a un periodista de un matutino local que se trataba de un cheque en blanco a un periodista para evitar la divulgación del caso. Y como dijo la jueza que se hizo en forma legal, para qué tanto desespero y agregó lo que dijo el letradito: “Sencillo es el tema, cómo, cuándo, cuánto, dónde. Nde ko´ãngaite la patrón (ahora mismo eres el patrón)”, dijo el abogado al periodista, invocando la representación de la juez.
La magistrada al principio se escondió de la prensa para no explicar su extraña decisión ndaje, pero si hubiese sido honesta y acorde a la ley, ésta no tenía porqué siquiera maquillarse y mucho menos escabullirse de la verdad.
