SUPERIORIDAD NO PASA POR GLÚTEOS FIRMES NI TAMAÑO DE PENES

Mujeres y hombres que luchan por un status

quo por querer aparentar ser mejor al otro

CIUDAD DEL ESTE (tendencia, por Carlos Roa) Esta realidad es como si fuese un cuento de hadas, donde mujeres y hombres luchan por un status quo que hace que su ego sea complacido por alguna parte de su cuerpo. En muchos casos vemos a la mujer haciendo bien tempranito a la mañana diez sentaditas de un lado y diez del otro. Y el curioso se pregunta: ¿para qué sentaditas? Dicen que de esta manera los glúteos quedan más amoldados y es una de las armas predilectas para cautivar la mirada del hombre. Donde al solo mirarla dicen que el hombre se estremece y da un vuelo rasante a la imaginación sexual.

Y bueno, ¿qué pasa con las que por más ejercicios que hagan no se amoldan? Parece con el mismo cuento de la época de Montgomery, donde el blanco se creía mejor que el negro. Y llegamos a la conclusión de que tal vez no sería el color, sino el tamaño porque desde hace tiempo hubieron muchas estatuas que caracterizaban un personaje blanco y se le veía con el pendor chito, sin embargo en la estatua de los negros, se le veía con el pendor chón. Y esto no sería motivo por el cual hubo tanta matanza, esclavizados, atados a un tronco, flagelados.

En fin, pese a estas diferencias superficiales, lo que hace al ser humano no es la firmeza de los glúteos o el tamaño del pendorcho, sino los valores que posee adentro, como ser la humildad, la templanza, la cordura, el amor al prójimo y tantos otros ítems que forman el carácter de las personas y que contribuyen a que puedan ser calificadas como personas de bien o de mal.

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