Este martes se celebra el día de la Mujer Paraguaya, clave en la historia del país. Heroica, valiente, sencilla y trabajadora, es una de las piezas más importantes del engranaje social.
El día de la mujer paraguaya es el 24 de febrero, se recuerda desde 1974, la mujer que está ligada a la patria, a sus hijos, a su desarrollo; la hermosa morena de nuestro folklore, la galopera, hoy es mucho más en todos los ámbitos del quehacer nacional.
El sufrimiento parece haber marcado a la mujer paraguaya desde la colonización. Utilizada como “moneda de cambio” por los nativos hace más de 450 años, también recibió los embates de las secuelas de la Guerra de la Triple Alianza (1864-1870).
El esquema social se vio alterado por esta guerra. Las madres tenían hijos de diferentes padres, más que nada por la necesidad de volver a repoblar el Paraguay. Esto acarreó más secuelas para las ya sufridas mujeres de nuestro país.
Este hecho trascendental les vale, cada vez con más frecuencia, los halagos del papa Francisco, el argentino Jorge Bergoglio, quien antes de ser Sumo Pontífice ya destacaba el rol de las mujeres paraguayas. Hace un par de semanas, inclusive, pidió que se les dé el Premio Nobel de la Paz por su labor.
EL DESAFÍO DE CONCILIAR
TRABAJO Y MATERNIDAD
Los pies descalzos, trenzas largas y flores en el cabello se deconstruye con un análisis profundo de la actualidad y con algunos simples datos: Por un lado, el 18 por ciento de todas las mujeres ocupadas en la fuerza laboral del país, se dedica al trabajo doméstico es decir, a uno de los trabajos dónde la discriminación está en la propia ley al no consagrarle al sector el derecho al salario mínimo.
