ATENTADOS EN CUERO FRESCO Y ARROYITO DEJAN UN MAR DE DUDAS
El vehículo quedó destrozado por la explosión, pero, sugestivamente, solo murieron dos de los cuatro pasajeros, en medio del mar de dudas que genera el caso y compromete seriamente la responsabilidad de la Senad y las Fuerzas de Tarea Conjunta. “Pudo haber sido una trampa del propio entorno del grupo para silenciar a las dos personas que se han informado de algo que podría comprometer a mucha gente”, afirmó el coronel Aurelio Aquino con respecto al atentado en Cuero Fresco que mató a dos militares y dos agentes quedaron indemnes, en medio de una ilógica que ha motivado todo tipo de suspicacias contra los altos mandos de poder.
Criticó “el objetivo de ese grupo para hacer una operación con cuatro personas, a las 20:15, ya de noche, adentrándose en terreno enemigo supuestamente para una entrega vigilada, que es propia de la Senad”.
“¿Para qué uno va ir a hacer una entrega vigilada de explosivos, y encima de noche? Llegados a destino, ¿qué iban a hacer con ese material?, ¿iban a operarlo en la oscuridad con 4 personas?, y ¿cómo no se va prever, ya que se estaba en una operación con alerta roja, lo cual significa que, por lo mínimo, otro vehículo de respaldo con equipos y hombres experimentados debía estar protegiéndoles?”, expresó Aquino.
“Esa explosión no tenía nada que ver con la operación que estaban haciendo”, añadió. Militar formado en las mejores academias de varias partes del mundo, y con amplio conocimiento y entrenamiento en temas de subversión y terrorismo, el coronel afirmó que ninguna actividad u operación se puede realizar sin el consentimiento del alto mando.
“En este caso, estamos hablando de un teatro de operaciones, que es considerado zona roja o zona caliente, donde el empleo de las fuerzas especiales se debe realizar después de un análisis operacional concreto; no se puede improvisar nada”, apuntó.
Recordó que el capitán de Ingeniería era experto en explosivos, pero no lo era en operaciones antisubversivas, lo cual no resta ningún tipo de mérito para que el operativo en el cual fue involucrado contara con las medidas adecuadas de seguridad para el éxito de la misión y la vida de los combatientes.
El atentado ocurrió el 26 de noviembre de 2014 a la altura del Km. 87 de la ruta 5, jurisdicción de Cuero Fresco, departamento de Concepción. Resultaron víctimas fatales de la explosión el capitán de Ingeniería Enrique Piñánez y el suboficial José González, ambos expertos en explosivos, quienes se desplazaban en una camioneta junto con el agente especial de la Senad, Juan Jara, y otra persona nunca identificada.
El parte oficial habla de un atentado protagonizado por un hombre desconocido que se desplazaba en moto, pero la versión fue ridiculizada por familias de los fallecidos, quienes sospechan un ajusticiamiento cobarde de la rosca que maneja el tema EPP y que, hasta hoy día, no ha logrado más avances que incrementar sus ingresos a costar de una lucha sin resultados que le cuesta al país la friolera de G. 2.500 millones mensuales. Ahora este nuevo atentado en Arroyito que dejó como víctimas a 8 militares de la FTC sería una nueva cortina de humo para no rendir cuentas al Estado y seguir recibiendo los montos millonarios para supuestamente combatir a la guerrilla, que según afirman muchos, es una guerrilla fantasma, ya que no existe, o si existe, está siendo manejada por los propios resortes de altos mandos militares, confabulados en una trama para sacar réditos a costas de la vida de jóvenes soldados y un pueblo que clama por paz y seguirdad.