ENTIDAD BINACIONAL YACYRETA

ATROPELLO DESCARADO AL INTERES PARAGUAYO

CIUDAD DEL ESTE, (Política, por Redacción) A finales del 2016 salió a luz una noticia que tal vez se venía sospechando; después de un largo tiempo de apañamiento de la corrupción en la hidroeléctrica, los nuestros se atrevieron a revelar la pérdida de soberanía paraguaya en la binacional. Esta información saltó al público gracias tal vez, a un “sincericidio”, que nuestro socio no está al día con el pago debido por la energía desde los orígenes de la Entidad. Dan a entender con esto que en los inicios, en los 90, se viene incumpliendo alevosamente el Tratado Binacional junto a otros tantos incisos relacionados.   

El informe argentino es relevante, y a la vez indignante: “El lado paraguayo es sencillo. Yacyreta le entrega energía a la Ande y la Ande paga”. Además sigue: “en Argentina es más complicado porque existe un administrador del mercado mayorista y  existe la empresa EBISA.” Continúa diciendo: “Todo eso sumado la vigencia de una resolución dentro del mercado eléctrico argentino que realiza retenciones”. Y que “las transferencias para Yacyreta, pasan por el presupuesto general de la nación argentina”.

Este informe viene a demostrar con certezas que la entidad lleva a cabo reglamentaciones de carácter interno con total libertad, quebrantando desvergonzadamente todo lo acordado en el gran Documento. Desgraciadamente esta información se basa en hechos reales, y confirma sin titubeos que el complot es de larga data y sigue raudo curso; la confabulación está más que demostrada. Los nuestros nunca se atrevieron a formular denuncia ni siquiera mínima protesta ante la lamentable situación del lado paraguayo, que viene perdiendo grandes beneficios desde hace varios años; en ambos lados el silencio cómplice es la constante. 

Pese a que este hecho es grave y perjudica a la ciudadanía en general, el pacto entre ambos bandos siempre fue “mantener las puertas cerradas”  por lo que se esforzaron en tener todo bajo control. Queda en evidencia el deseo de seguir con este hecho que merece más investigación y posterior castigo a los traidores del gran Documento. Algunas de las pérdidas que acarrean este negociado por parte de los confabulados es no percibir una suma económica más que merecida por el llamado “Territorio inundado”. El monto que nos estarían debiendo ronda los 1.000 millones de dólares americanos.

Los empleados cómplices se abrieron y revelaron sin más: «Este tema de la deuda no es de hace dos años, es de 1994«.y que “Yacyreta Paraguay cobra por lo menos aquello que requiere para su normal funcionamiento”. Lo que significaría solo para expedir salarios a los irresponsables funcionarios. A continuación dicen que “no tienen para pagar las cuentas”, porque la Argentina no paga por la energía que retira y comercializa en el Sistema Interconectado Argentino (SADI).

Y continúan diciendo “pero que los empleados y agentes  reciben regularmente sus beneficios.” Dicho de otra manera, todos cobran regularmente sus haberes y reciben otros beneficios. Todo lo que no respecta a lo económico de los mismos no lo llevan en cuenta; los miles de funcionarios solo miran sus intereses personales menospreciando a los de nuestro país. Cabe mencionar que todos los bienes que se derrochan en la entidad  son conseguidos gracias a los pagos del pueblo paraguayo por la energía recibida. Para nada esos bienes son de otra fuente, todo es fruto del esfuerzo paraguayo. En este 2017 que se inicia el pueblo nacional debe mostrarse más presente con el fin de exigir respuestas acerca del acuerdo binacional. Las autoridades deben estar de nuestro lado y hacer lo posible para que los culpables de dicha pérdida sean castigados.

Todo esto lo hacen para hacer fila en posibles negociados que, tal vez, de antemano se vienen fraguando y que de los cuales solo ellos lucrarán; un ejemplo que seguramente les “benefició” fue la construcción fútil de Aña Cua. Los responsables de estos desmanes públicamente afirman sobre estos hechos de  que “no les preocupa “. Y se nota que no les preocupa, están cubiertos por la impunidad institucional vigente en nuestro país. Es la única, razón por la cual muchos de ellos aún hoy continúan campantemente negociando en forma particular nuestra mayor riqueza conocida, la hidroelectricidad.

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