ESTADO NO HACE NADA PARA RECUPERAR TIERRAS MALHABIDAS

CASI 8 MILLONES DE HECTÁREAS EN LAS MANOS DE SIN – VERGÜENZAS

CIUDAD DEL ESTE (realidad fatídica, por Carlos Roa) Somos el país con la mayor desigualdad en la tenencia de la tierra en el mundo. El dictador Alfredo Stroessner repartió entre sus amigos tierras públicas, que las debía destinar a la reforma agraria; por eso, hoy hay campesinos e indígenas sin tierra. La mayoría que se benefició con tales tierras malhabidas, unas 8 millones de hectáreas según el Informe de VERDAD Y JUSTICIA, se niegan a devolverlas, querellan y atacan con mentiras a quienes defendemos que la tierra pública malhabida debe ser recuperada por el Estado para campesinos e indígenas que la trabajen, y no para quienes se aprovecha de tales bienes malhabidos.

Quienes detentan tierras robadas al Estado y al pueblo paraguayo durante la dictadura de Alfredo Stroessner la deben devolver, para que los campesinos e indígenas tengan tierra para producir alimentos saludables de consumo humano. Debemos recuperar las tierras robadas al Estado, al pueblo paraguayo. Tenemos muchos ejemplos de esta triste realidad fatídica, por ejemplo, en 2011, César Javier Zavala Serrati, hermano del senador de Patria Querida Fidel Zavala Serrati, vendió al Instituto Nacional de Desarrollo Rural y de la Tierra (Indert) 205 hectáreas en San Rafael del Paraná, Itapúa. El Indert pagó a Zavala más de dos mil millones de guaraníes por tierras de las fincas 54 y 2.321 de ese distrito. El objetivo era regularizar el asentamiento «Tembey Poty», con 32 familias arraigadas en el lugar desde 1996. Así consta en documentos oficiales de la Dirección Nacional de Contrataciones Públicas. La finca 54 figura en el informe de la Comisión de Verdad y Justicia como tierra malhabida.

Inclusive de última, la encargada de despacho del Indert, Gina González, dijo que harán un trabajo técnico para saber qué irregularidades existen en la Finca 242 (ex Café), departamento de Amambay, que afecta a tierras de Ganadera Sofía, de Horacio Cartes, y varias colonias. “Si detectamos que personas que no son sujetas de la reforma agraria sustentan tierras públicas lo vamos a revertir al patrimonio del Estado”, aseguró.

Tras ser nombrada en el cargo, conformó un equipo técnico con el objetivo de regularizar la Finca 242 (ex Café), de unas 180.000 hectáreas, en la cual hay tierras que afectan a la Ganadera Sofía SA, propiedad del expresidente Horacio Cartes. Se presume que gran parte de esas tierras son malhabidas y deben ser expropiadas, aunque lógicamente Cartes usará toda su influencia y poder para evitarlo.

La Comisión de Verdad y Justicia (CVJ), organismo creado para investigar las violaciones de derechos humanos cometidas durante la dictadura de Alfredo Stroessner, presentó su informe final, el cual, en su capítulo cuarto, contiene un estudio realizado que detalla las casi 8 millones de hectáreas de tierras malhabidas que se adjudicaron ilegalmente durante el stronismo y el post-stronismo. La extensa lista de beneficiarios ilegales incluye a políticos, militares, narcos, seccionales coloradas y hasta a actuales autoridades nacionales. La lista contiene nombres como el del fallecido general Andrés Rodríguez, ex presidente de la República, consuegro de Stroessner y cabecilla del golpe que lo derrocó. El mismo acumuló un total de 24.317 hectáreas de tierra malhabida. Mario Abdo Benítez, padre del actual presidente de la República y ex secretario privado de Stroessner, figura con un total de casi 3 mil hectáreas de tierras adjudicadas. El ex canciller Eladio Loizaga también figura en la lista con 16 mil hectáreas adjudicadas, así como el asesinado vicepresidente de la República Luis María Argaña, con más de 7 mil hectáreas. También se leen nombres de autoridades actuales, como el director paraguayo de Itaipú, Ernst Bergen, y su esposa, con dos mil hectáreas adjudicadas en 1997. Otro es el senador colorado Enrique Bacchetta, con más de 4 mil hectáreas adjudicadas en el año 1993. Hasta hoy, ninguno devolvió un metro cuadrado siquiera de los bienes que obtuvo mediante la generosidad del tembelo.

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