CIUDAD DEL ESTE (Actualidad, por Luly Cabral) Los hombres maduros ya no se fijan en ciertas cosas como los jóvenes, no le importa si su pareja tiene estrías, celulitis, alguna que otra arruguita, si es baja, gordita, entre otros detalles. Tampoco les importa su pasado, la filosofía de ellos es “pasado pisado” y, sin embargo, los jóvenes de hoy hacen de cuenta que la mujer es simplemente un parque de diversión ¡pinches pendejos!
Sin embargo, el verdadero hombre caballero te querrá todos los días, incluso cuando estés en tus días sensibles donde todo te afecta y ni vos misma no te aguantas, él va a estar siempre.
Te va a apoyar en todo lo que te propongas, amará tus ocurrencias, te ayudará a crecer en todos los ámbitos, pero nunca va a querer cambiar tu esencia, que es lo que te hace única.
Un hombre maduro te ayuda a crecer y evolucionar, te da alas, no te las corta. Te da la mano cuando estás en el suelo, el hombro para que llores cuando ya no aguantes más, sus brazos cuando no te sientas segura, y su calor cuando sientas frío. Te va a amar de pies hasta la última estría y arruga que vaya apareciendo en tu cuerpo, jamás sentirá pena por tu estatura o por tus defectos y nunca te juzgará por tu pasado.
Se dice que la mujer madura mucho antes que el hombre, de esta forma podemos entender porque generalmente el hombre suele ser el mayor en una relación. Es tan solo cuestión de equilibrio.