CIUDAD DEL ESTE (drogadicción, por Carlos Roa) Un equipo multiinstitucional acaba de publicar en la revista ‘Pediatrics’ que examina el impacto del fumar marihuana contundente en factores como la función respiratoria y el desarrollo del cerebro en los adolescentes. El investigador Ziyad Ben Taleb, la Universidad de Texas, director del Laboratorio de Investigación sobre la Nicotina y el Tabaco de la UTA y autor principal del estudio, señala que la investigación sobre las diversas formas de consumo de marihuana demuestra que cada método implica riesgos distintos.
“Los productos de marihuana vienen en diferentes formas, y como resultado, cada producto tiene su propio perfil de riesgo basado en sus características únicas y el método de administración –explica Ben Taleb–. “Los cigarros ‘blunts’ están envueltos con hojas de tabaco. Por tanto, además de marihuana, contienen niveles considerables de nicotina”.
El estudio concluye que, debido a la exposición a la nicotina, el consumo de ‘blunts’ puede servir de puerta de entrada a otros productos de tabaco y nicotina, como los cigarrillos electrónicos, los puros y la pipa de agua. Estos productos aumentan el riesgo de que los usuarios sufran enfermedades respiratorias.
Otros riesgos mayores asociados al consumo de tabaco y marihuana en la adolescencia son la bronquitis crónica, el comportamiento adictivo y la vulnerabilidad a los trastornos mentales, subraya Ben Taleb. Aunque los peligros son significativos, muchas personas ven el consumo de marihuana como una actividad recreativa sin riesgos.
“Una idea errónea muy común, especialmente entre los adolescentes, es que el consumo de marihuana es completamente seguro y no tiene efectos a largo plazo –lamenta–. Esta noción ha sido sistemáticamente desmentida por numerosos estudios. Las pruebas acumuladas demuestran que el consumo regular de marihuana en la adolescencia se asocia con alteraciones de la conectividad de las regiones cerebrales implicadas en una amplia gama de funciones ejecutivas, como la memoria, el aprendizaje y el control de los impulsos”.
Los investigadores esperan que su investigación sirva para fundamentar las acciones reguladoras y para ayudar a los profesionales de la salud pública a la hora de diseñar programas de prevención en las escuelas que eduquen a los jóvenes sobre los daños del consumo de marihuana y tabaco. “Como especialistas en salud pública, nuestro objetivo no es limitar las libertades o los derechos individuales –señala Ben Taleb–. Nuestros objetivos son concienciar sobre la salud y garantizar que la información falsa no promueva percepciones perjudiciales y comportamientos de riesgo. Queremos capacitar al público para que tome decisiones informadas basadas en hechos sanitarios”.