CIUDAD DEL ESTE (Salud, por Carlos Roa) Una triste realidad es lo que se ve y se sabe gracias a una pandemia traída de los pelos por gente desalmada, donde correlaciona a Bill Gates, China, un montón de illuminatis, encabezados por la Reina Isabel II y su marido, el Duque de Wellington, un británico egocéntrico que alegó en ciertos momentos que en su próxima reencarnación quiere ser un virus o una bacteria para terminar con la raza humana. A esto se le suma a Bill Gates, dueño de Microsoft, la mayor empresa de tecnología mundial, donde el 99% los humanos usamos el Windows, que nos permite toda la informática de Facebook, whatsapp y demás tecnologías, hasta fotos hot, el más utilizado por los usuarios masculinos. Donde también está involucrado el club de Paris de la Fundación Rockefeller y otros.
A esto se le suma las grandes sinverguenzias en nuestro país, que no viene de la mano de la empresa Insumos Médicos SA (Justo Ferreira) que sería según fuentes que la propia Chucky Samaniego y su hermano tractor amarillo Samaniego, no son los únicos involucrados en este gran negociado de insumos médicos, donde se veía a leguas en unidad de salud familiar, dispensarios, puestos médicos, centros de salud y hospitales de cabeceras, la falta de estos elementos para la cura de cualquier patología que presente el paciente. Donde también estarían involucrados los encargados de depósitos de los hospitales regionales como por ejemplo aquí en Ciudad de Este, un tal Carlos fue quien desvalijó, dando lujos y beneficios a suegros, cuñados, sobrinas, etc, etc y que vive tranquilamente disfrutando la viruta de este plan maquiavélico, engendrado desde hace tiempo por la Chucky Sama.
Estos no solo introducen al país medicamentos oncológicos provenientes de la India en forma ilegal y sin control, sino también importa fármacos para pacientes quirúrgicos procedentes de China sin la debida autorización. La mafia de la importación de medicamentos de dudoso origen por parte de la empresa del clan Ferreira se remonta a varios años atrás. Solo durante el periodo 2018 y 2019 lograron ingresar a nuestro país toneladas de medicamentos de dudoso origen falsificando documentos y burlando controles sanitarios.