INVESTIGACION ESPECIAL. El polémico Ramón Trinidad Zelaya, al principio de su carrera, ganó destaque al convertirse en juez de paz en la zona de Vaquería, Caaguazú, tiempos en que era humilde y andaba en bicicleta. Luego pasó a Coronel Oviedo como fiscal y luego pasó a Salto del Guairá, como fiscal, donde comenzó su carrera de las coimas, el atraco, los favores a narcos, cabriteros o simplemente haciendo la vista gorda y extendiendo la mano derecha para recibir las dádivas ofrecidas por los delincuentes de frontera de esa zona, como así también los atracos en aserraderos, que violaban todas las leyes ambientales, en compañía en aquel entonces del finado Tito Zarza y luego Hernán Mendoza, quien hasta hoy día está como asistente fiscal en Salto del Guairá, con el fiscal Lorenzo Lezcano.
Hagamos un poco de historia, desde su inicio en la fiscalía de Salto del Guairá siempre estuvo acompañado por conocedores de la zona, como el exintendente Eduardo Paniagua, Tito Zarza, Hernán Mendoza y otros, quienes sabían quién era cabritero, quién era narco y quiénes eran los delincuentes que merodeaban la zona. Éste se hizo amigo de todos ellos y con éstos comenzó a operar, cobrando semanalmente una cuota de protección, ya sea a los cabriteros, a los narcos, cigarrilleros, y principalmente a los propietarios de grandes aserraderos, que adquirían la madera talada ilegalmente por los deforestadores, que incluso eran inducidos para tal efecto. Entonces este fiscal se apersonaba con sus secuaces y simulaba una intervención, que terminaba luego en una pizzería o una cervecería para la conmemoración del fruto de la coima, que en aquel entonces era en dólares. De esto hizo muchas cosas, tal es así que su hijo cambiaba semanalmente de camioneta, hoy posee una propiedad donde hay un taller enorme, posee un inquilinato de unas 15 piezas, se cree que la propiedad estaría a nombre de algún prestanombres, además posee casa propia en Salto del Guairá, siendo que éste llegó en colectivo y vivía en alquiler en la redondeza del centro de Salto del Guairá. En muchas ocasiones vehículos recuperados, ponían preámbulos para devolver al propietario, existiendo allí el cobro para la entrega, y en una de esas cayó sumariado en el año 2007 por el Ministerio Público por su supuesta participación en un caso de coima de 5.000 dólares, ocurrido el 18 de noviembre del 2006. En la madrugada de esa fecha, la asistente fiscal Angela Ferreira habría vendido una resolución firmada por Zelaya por la citada suma, para la devolución de un camión robado en Brasil. La funcionaria fue detenida in fragantti por el fiscal Anticorrupción Arnaldo Giuzzio, quien la imputó por cohecho pasivo.
Sin embargo, Zelaya escapó de la flagrancia mediante la ayuda de Ferreira, quien lo protegió en el momento de la intervención. Durante el procedimiento, Trinidad Zelaya llegó a ser esposado por agentes de la Unidad Anticorrupción, pero luego fue liberado porque no se logró la flagrancia del cohecho pasivo, ya que la asistente fiscal se negó a entregarle el dinero de la coima que recibió por la venta de la resolución.
El fiscal Giuzzio había prometido que imputaría a su colega en base a otras evidencias obtenidas durante la investigación. Uno de los testimonios más contundentes que tenía la Unidad Anticorrupción contra Zelaya es la conversación grabada entre un investigador de seguros y la asistente fiscal Ferreira, donde esta asegura que el dinero en parte era para el fiscal Zelaya. Llamativamente, Giuzzio nunca imputó a Zelaya y el caso terminó en el opa´rei. En el campo administrativo Zelaya también fue sumariado, pero sugestivamente siguió ejerciendo sus funciones en forma normal, gracias al respaldo de los políticos hampones que siempre lo protegieron en esta comunidad, según nuestras fuentes.
El exfiscal y hoy juez Ramón Trinidad Zelaya registró un extraordinario crecimiento económico como agente fiscal en Canindeyú, gracias a la confabulación con los sectores que dominan el negocio ilegal en la frontera, pero a pesar de la opulencia que demuestra con lujosos vehículos y la supuesta tenencia de gran cantidad de bienes raíces, la Fiscalía General nunca lo investigó, porque se subentiende que éste enviaba los famosos maletines a la capital del país, para el fiscal general de turno. Zelaya también había sido apartado del caso que investiga el millonario robo a la sucursal del BBVA en Curuguaty, porque aparentemente habría cobrado coimas para evitar el procesamiento de los acusados, según las fuentes. Fue en Canindeyú en donde éste se convirtió en potentado, trabajando a favor de poderosos narcos, contrabandistas y delincuentes, siendo uno de sus “secretarios” el célebre Tomás Ramón Zarza Marmolejo, más conocido como Tito, asesinado a tiros en noviembre del año 2011. Otro de sus secretarios era Hernán Mendoza, quien hacía desaparecer las evidencias de narcotráfico, según las fuentes, encargándose éste a vender la “merca”. En la próxima contaremos más detalles de esta historia de un juez con oscuro pasado.