CIUDAD DE ESTE (Nacionales, por Redacción) ¿Recuerdan el episodio del 2018 cuando supuestamente manifestantes ingresaron a la propiedad de la familia Zacarías y supuestamente atacaron a la familia y a unos cuantos adeptos al clan que casualmente se encontraban en la residencia?
Con el tiempo este hecho fue desmentido por la población Esteña donde internautas hicieron conexiones en base a las declaraciones y fotos que la familia proveyó a los medios de prensa. Donde se vio el evidente montaje que prepararon para causar lástima o para hacer creer a los paraguayos que no residen en Alto Paraná que ellos no dominaban todo el movimiento como buenos gangster en Ciudad Del Este. Resulta que aquella vez la mayor afectada fue una conocida hurrera que aparecía llorando sin lágrimas y diciendo que le habían propinado golpes y patadas sin tener ninguna marca en el cuerpo mientras la entonces intendenta Sandra McLeod la consolaba, se encontraron piedras decorativas de adentro de la propiedad ubicadas adentro de la casa con el propósito de hacer creer que fueron arrojados al domicilio, pero sin causar mayor daño que un candelabro desatornillado del techo y algunos floreros arrojados al suelo, pero nada roto, solo desordenado.
La cuestión en aquel momento fue ¿Cómo habrá hecho la turba invisible para pasar por encima de guardias, hurreros, rejas y cámaras de circuito cerrado para invadir la propiedad y no tener mejor idea que arrojar balas sin disparar y piedras decorativas del jardín?
El domingo 11 de octubre ante la convocatoria para exigir la expulsión de Javier Zacarías Irún estos utilizaron personal policial para resguardar la propiedad si es que acaso los manifestantes decidiesen ir hasta el lugar. Sin embargo la manifestación se mantuvo en la ruta internacional a la altura del km10, sin ningún interés de acercarse a la mansión construida con dinero de no tan dudosa procedencia.
Que no nos sorprenda si es que el pedido de la ciudadanía de Alto Paraná cobra fuerza y avanza ante una posible destitución, que estos se monten una nueva escenita para vendernos su papel de víctimas. Ojalá que para la próxima vez contraten a profesionales en el arte escénico que colaboren a dar más realismo al evento y que sus adeptos ya estén participando en clases de actuación, aunque sea en modalidad virtual.
