CIUDAD DEL ESTE (Realidad) Muchos y muchas se casan creyendo que con el tiempo y la constancia lograrán cambiar las actitudes y gustos con los que conocieron a sus parejas, pensamientos como “cuando nos casemos cambiará” “cuando nazca el primero, el segundo, el tercer hijo..”. Esta reflexión es para vos, para que abras los ojos y de una vez aceptes que así como es ahora que son novios va a ser cuando se casen, no desperdicies tu vida tratando de cambiar a alguien.
Si lo conociste deportista, nunca estará en casa el fin de semana.
Si lo conociste parrandero, seguirá así, el resto de su vida, aunque hagas los mejores dramas de tu vida.
Si no le gustan los niños, no esperes tener el matrimonio perfecto, porque nunca jugará con ellos.
Si nunca fue a la iglesia, no esperes que sea sencillo hacerle cambiar de opinión.
Si lo conociste coqueto, nocturno y con muchas amigas, no esperes estar con alguien que le importe el significado de la palabra fidelidad.
O te haces deportista, o te vas de parranda con él, o te convences que tendrás que utilizar razonamientos más convincentes para hacerlo cambiar.
Cambiar actitudes, encarrilar a un adulto, hacerle comprender que necesita razonar diferente, es tarea titánica.
Los niños no atan a un irresponsable.
Que te quede claro.
Un hombre, que ha sido criado por mujeres, que lo han convertido en machista, porque merece todas las atenciones del planeta, será un adulto disfuncional el resto de su vida, hasta que él mismo reconozca que necesita ayuda.
De otra manera, disfruta al irresponsable que tú escogiste, y que creíste podrías cambiar…
P, D. Aplica para ambos sexos; sin olvidar que existe la fuerza de voluntad en algunos seres humanos, el que quiere puede.