CIUDAD DEL ESTE (reflexión, por Esteban Roa) Cuenta la biología que en el momento más placenteroso entre Adán y Eva representando másculos y féminas en ese momento agitado de una caloría de 90 grados un vaivén como los tren bala de Japón o algunas góndolas de Venecia a paso lento. Después de las relaciones sexuales, el hombre deposita alrededor de 200 a 300 millones de #espermatozoides; y todos estos valientes y guerreros espermatozoides viajan por el túnel de placer que ultrapasa la trompa de Falopio de las féminas, donde comienza el percurso de llegar al óvulo de la concepción y esta maratónica carrera entre 200 a 300 millones de deportistas de la vida dura casi 10 horas.
Muchas llegan cansadas y no tienen la fuerza para ingresar en el óvulo y caen reduciéndose apenas en el néctar de la mala suerte, otros llegan e ingresan y cierran la puerta para ser él solo el que pueda entrar en la gestión de la vida. Todos los millones que se depositan, en realidad solo llegan al sitio entre 300 y 500 (otros se cansan en el camino, porque no es una carrera fácil), y de esa cantidad, los que logran llegar al óvulo, solo uno fertiliza el huevo, y en ese caso el ganador somos nosotros que leemos y escribimos esta pauta periodística, somos espermatozoides caraduras, pero con suerte. Gracias al Señor Dios!
Esta maratónica corrida de la vida disputaste sin estar preparado, y ganaste. Corriste una carrera sin ayuda, y ganaste. Qué te hace pensar que perderás ahora? Ahora que tienes ojos y piernas, ahora que tienes planes, visiones y sueños, no te rendiste el primer día, así que no puedes rendirte, rendirte ahora es un insulto para tu creador. No importa por lo que estás pasando en este momento, tómalo como un desafío, y recuerda que GANASTE desde el útero.