EL VIRUS DE LA SIN – VERGUENZÍA POLITIQUERA
CIUDAD DEL ESTE (Politiquería Paraguaya) El nacimiento de esta labor conocida en la jerga de los ciudadanos de este país, politiquería, se inició con el virus del hemófago (célula que destruyen los glóbulos rojos de la sangre) que hace que el ser humano se debilite y día tras día vaya caminando con destino al sarcófago, la última morada. Es lo que nosotros evaluamos en toda esta tragicomedia que se da en Latinoamérica, viendo que esta enfermedad que fue transmitiéndose en los poderes de Estados como Brasil, Argentina, Paraguay, Bolivia, Ecuador, y otros. Pero nosotros en esta ocasión trataremos de dilucidar lo que ocurre realmente en nuestro país.
Uno de los ejemplos sería el senador Julio César Velázquez, un hemófago de la politiquería paraguaya, que viene transmitiendo su enfermedad a otros compañeros, como Víctor Bogado, Alderete, Lilian Samaniego, Perla de Vázquez, Blas Llano, Zulma Gómez, y otros, que tienen en sus genes esta dolencia conocida como hemófago. Pero estos son diferentes, porque los hemófagos destruyen la sangre del ser humano, sin embargo estos con las sinverguenzías empotradas en su caradurez destruyen la vida del conciudadano. Es tan triste un grupo de 500 personas en todo el país comandan a los 7 millones de paraguayos que viven, muchos en la línea de pobreza. En la mayoría de estos lobbystas (Grupo de presión formado por personas con capacidad para presionar sobre un gobierno o una empresa, especialmente en lo relativo a las decisiones políticas y económicas) se encargan de manosear la mente o hacer un lavado cerebral a los sufragantes o saliendo a decir yo no voy a votar, no me gusta Peña, pero de ahí a 5 días, con una camioneta 0 km da otra opinión adversa y agrega “noo, realmente está bien, hay que darle oportunidad a los jóvenes”. Con una desfachatez ilimitada estos mas una vez tratarán de tener un muñeco de goma como presidente para doblarlos donde quieran y cuando quieran, porque son los carroñeros de la politiquería, tanto colo´o como chovy, que se dispersan en los 17 departamentos del país.
La amarga experiencia enseña a los paraguayos que los personajes de esta chatura “intelectual”, aparte de satisfacer su vana ambición de sentirse importantes, se sirven de la política para echar mano a los fondos públicos y percibir prebendas, en beneficio propio y en el de sus capangas, tanto desde el Gobierno como desde el Congreso.
Estos hemófagos son el verdadero cáncer en nuestro país y es una pena que la mayoría de los ciudadanos paraguayos todavía no sepan hacer lo más preciado que tiene como arma en sus manos, usar el voto en el debido lugar.