CIUDAD DEL ESTE (Tendencias, por Carlos Roa) Según algunos estudios, alrededor de un millón de jóvenes en el Paraguay entre 14 y 24 años ni estudian ni trabajan, ni les importan las responsabilidades que son conocidos como los Ninis, en una dialéctica de gonzo, esto es gracias al efecto colateral producido por la tecnología conocido como el celular el transportador del desarrollador de las aplicaciones para la utilización de WhatsApp, Facebook, Snapchat, Messenger, entre otros.
La mayoría de los ninis están acostumbrados al confort que sus padres les han dado durante su niñez y adolescencia, por tanto, no se esfuerzan por salir adelante y la mayoría no ayudan siquiera en la casa. En la gráfica se ve una madre ya de edad, que está fregando el piso, en tanto su hija acostada en el diván, chateando en el celular y sin darle ninguna importancia de ayudar a la pobre mamá. Otros, con muy pobres expectativas para el futuro, convirtiéndose en adultos holgazanes, vividores y en muchos casos, se dedican incluso a actividades criminales o venden sus cuerpos, para ganarse la vida.
La sobreprotección da lugar a jóvenes frustrados e insaciables porque nunca aprendieron a poner límites a sus impulsos y no planearon el futuro. Equivocadamente, muchos padres de hoy tienen un miedo atroz a ver sufrir a sus hijos, e intentan evitarles los golpes de la vida. Olvidan que el sufrimiento hace que ellos florezcan al enfrentar y resolver los retos difíciles que se les presentan. Decir “no” exige esfuerzo de parte de los progenitores, pero al final es una inversión que se hace para que los hijos lleguen a ser los dueños exitosos de sus propios destinos.