CIUDAD DEL ESTE (LA GRAN MENTIRA, por Carlos Roa) Circulan en el Facebook publicaciones sobre la muerte de un niño de 11 años, donde se desmiente que el chico falleció por Covid-19, sino padecía de una bacteria en la sangre. Sus padres no son empleados de hospital o médicos, son comerciantes del mercado de abasto. El MSP y gran parte de la prensa mienten, porque les conviene, ningún familiar del niño está con Covid. En tanto, muchos médicos se están manifestando contra estas mentiras del gobierno, de Mazzoleni y de Sequera, pero nadie les da prensa, ¿porqué será? Seguramente porque algo de estos recursos también les alcanza a la mayoría de los medios y los dueños les ponen el guion de lo que deben decir y lo que no deben decir.
La publicación en Facebook de Nori Zaracho de Falcó, abogada de marcas, llama la atención sobre el caso del niño de 11 años, a quien le pusieron como óbito supuesto covid, información desmentida por los propios familiares. El chico tenía una bacteria en la sangre y además padecía de extremo sobrepeso, lo cual finalmente lo llevó a la muerte. Pero para sustentar la mentira y seguir metiendo miedo a la población, tenía que morir un niño de covid y así fue. Esta mañana murió otra criatura, de 10 meses, sin embargo, muchos cuestionan el caso y aseguran que la bebé padecía en realidad otras patologías.
La organización Médicos por la Verdad Paraguay señaló ayer que la “recomendación” de quedarse en casa, tomar paracetamol y acudir a hospitales tardíamente es anti médica y anti científica, y está llevando a la muerte a muchos paraguayos. Porqué no hacen como en El Salvador, que reparten kits con Ivermectina, hidroxicloroquina y otros productos, de probada eficiencia contra esta gripe estacional llamada Covid, que sin embargo puede derivar en problemas respiratorios que no aparecerían si se usa los fármacos mencionados. Grandes presidentes como Jair Bolsonaro o Donald Trump recomiendan el aplicativo de estos fármacos, entonces porqué nosotros no podríamos también? La respuesta es sencilla; porque el pacto con la OMS estipula 3000 muertos hasta fin de año, y estamos lejos de la “meta”, por lo cual estos siguen con protocolos arcaicos e improcedentes, que están matando a mucha gente.
