LA SOCIEDAD ACTUAL DESPRECIA A LOS ABUELOS/AS

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Los abuelos, génesis de la vida familiar

Los abuelos son piezas invaluables en la estructura familiar. Aportan experiencia, conocimiento y afecto, en otros tiempos, cuando eran apreciados y amados por los nietos y familiares. En suma, ayudan a enriquecer la vida emocional de sus hijos y nietos. De hecho, el niño, el joven o incluso adultos a veces creen que siempre van a estar en ese estado. Por eso no respetan y mucho menos entienden a los abuelos. En muchos casos, simplemente quieren desligarse de ellos, enviándolos a algún asilo de ancianos, en donde los visitan, con suerte, 1 o 2 veces al año.

Lamentablemente para algunas personas tener un anciano en la casa se convierte en una carga, sin tener en cuenta que ese ser que hoy se muestra indefenso fue joven y que les dio las raíces del génesis familiar, muy seguramente, se desvivió y trasnochó por darles a sus hijos una vida digna.

La etapa de la vejez es un proceso de gran importancia para el ser humano. Es el último tiempo de la existencia, por lo cual debe tener calidad de vida. Los abuelitos y abuelitas en este tiempo son más sensibles, autoritarios, quieren seguir siendo útiles y las respuestas a muchos de ellos por parte de la familia son la desesperación, no hay paciencia.

Ellos necesitan mucho amor, paciencia, tolerancia, atención, cuidado y una terapia emocional constante para que puedan llevar a su tumba una sonrisa de agradecimiento. Sin embargo hoy día los nietos o algunos familiares políticos los rechazan, como si fuese que el abuelo no es parte de la familia o simplemente es una cosa en el rol familiar y no alguien importante a quien se le pueda pedir una ayuda de conocimiento y experiencia que estos abuelitos y abuelitas tienen sus alforjas cargadas de experiencias y vivencias. Uno se da cuenta que hoy en día hay tan poca humanidad entre los seres humanos, principalmente de nuestro país, donde autoridades no respetan los derechos de los adultos mayores, dándole migajas para poder sobrevivir de farelos alimenticios con escasos recursos de salubridad y una pensión miserable, mientras se ve en grandes titulares, hurreros en la Itaipu reciben 40 millones mensuales. Que desalmados e injustos son estos vividores sin – vergüenzas, que no saben agradecer que el culpable de que ellos existan en la faz de la tierra vino por el génesis del abuelo.

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