CIUDAD DEL ESTE (Realidad Social, Redacción) Todos conocemos a una o más personas que tengan alguna discapacidad física sea esta congénita o resultado de algún accidente principalmente de moto o simplemente la vejez que se apodera del cuerpo humano e impide que las personas puedan valerse por sí mismo, perdiendo la movilidad de piernas o brazos. Como si no fuera ya lo suficientemente abrumador vivir con una discapacidad física a esto se suma el aislamiento social que sufren estas personas al salir a la calle y no encontrar la infraestructura adecuada para poder participar de actividades simples como un tereré en la plazita.
La Ley N° 4934 de “Accesibilidad al medio físico para las personas con discapacidad” fue promulgada en el año 2013 y por ende está en plena vigencia. Esta normativa establece que los edificios y espacios físicos tanto públicos como privados, deben ajustarse a las normas del diseño universal, es decir deben contar con infraestructura accesible. De hecho en el artículo 4° se establece de manera taxativa que “En toda obra de sector público o privado que se destine a actividades que supongan el acceso del público, deberán preverse accesos, espacios de permanencia, salidas, medio de circulación, espacios de servicios y apoyos, información e instalaciones adecuadas para personas con discapacidad”. ¿El edificio o lugar al que acudes habitualmente cumple con la ley?
Estamos más que seguros que la respuesta de la mayoría será que no, en Ciudad Del Este algunos parques cuentan con juegos diseñados para las personas que utilizan sillas de ruedas pero nunca funcionaron como corresponde y con el tiempos e convirtieron en montones de hierros tirados sin sentido que incluso llegan a ser peligrosos para los niños que juegan por ahí, y ni hablemos del transporte público que para personas jóvenes y sin ningún impedimento es un peligro constantes estando todo el tiempo al borde la muerte es impensable que una persona con discapacidad pueda pasearse en colectivo.
Lamentable como se puede excluir a tantas personas simplemente obviando las rampas en las veredas y en los lugares donde sí hay no se respeta la distancia para estacionar y finalmente quedan estos olvidados y condenados no solo a la silla de ruedas sino también al aislamiento social que esta conlleva por ser un país donde muchas leyes solo rigen en los papeles.