CIUDAD DEL ESTE (corrupción y coima, por Carlos Roa) Días pasados comentamos el teje y maneje de la gran estafa de la dirección general de migraciones, cometido por los propios directores de turno y un grupo selecto de funcionarios que hasta hoy día siguen en los cargos pese a las denuncias y de estar imputados por coima y corrupción. También nos enteramos que la directora en un día de piré vaí salió a bravuconear murmurando estas palabras: no quiero ver más secretarios en la oficina de migraciones de CDE. Pero sin embargo días pasados, en un abrir y cerrar de ojos vimos entre varios periodistas al famoso conocido tipo ñembo gestor Marcos Linares, más conocido como Marquitos, que tiene una oficina kañy al lado del baño de las mujeres en el predio de la ANNP, que se auto designó. Este es uno de los grandes estafadores apadrinados por su valle, el conocido Ever González, que también fue imputado por el exfiscal Arnaldo Giuzzio y en el caso, protegidos por el entonces encargado de Migraciones del puente de la amistad, el conocido funcionario el “iguanero” Virgilio Mieres.

Uno como paraguayo se siente acongojado por el modelo migratorio que tienen ciertos países, como Canadá, Australia y Nueva Zelanda, donde no se venden documentos para extranjeros, pero para eso el extranjero tiene que tener los datos, la ficha limpia, y no tiene que ser un truhan. Los funcionarios encargados de cubrir la dirección de migraciones de esos países son pulcros, respetuosos, hablan varios idiomas, y principalmente se dedican a la honestidad. En nuestro país es totalmente al revés, son sucios, borrachos, maleducados, coimeros, sin – vergüenzas y sobre todo los encargados de ellos son cómplices y encubridores para el operativo documentos sensibles o simplemente la gran estafa de los documentos migratorios temporarios y permanentes, donde uno paga un arancel y la directora no firma hasta que un tercero se acerque al conocido atajacarteras Victor Peralta y le dice “porqué no están listos mis documentos? Y este en voz baja le transmite “y seguro porque no aceitaste”. Y como es eso? Y trae un 100 dólares y listo, ahí es como aceite de oliva.