TRISTEZA INFINITA

LOS PATRONES NO LE PERMITIERON SOCORRER A SU HIJO Y CUANDO EL NIÑO MURIÓ TAMPOCO TUVO PERMISO

 

 

SAN PEDRO DEL YCUAMANDIYÚ (Realidad Fatídica) Hasta qué punto se esclavizan a los funcionarios coartando sus libertades y creyendo tener total dominio sobre las personas, prohibiendo derechos básicos atentando contra todo lo estipulado por la ley, por la moral, por la conciencia del ser humano. Este es el caso del señor Crispín Amarilla quien se encontraba trabajando en la estancia Don Pedro en la ciudad de Boquerón en pleno Chaco Paraguayo cuando fue avisado por su familia de que su hijo se encontraba enfermo, la indiferencia de los patrones que le negaron el permiso para poder ir a asistir, acompañar a su pequeño que finalmente nos hace preguntarnos ¿hasta qué punto se creen los patrones dueños de la vida de los funcionarios? Más que un peón se comportan como si este fuese su esclavo, sin familia, ni derechos, ni sentimientos, deudas, nada.

Suplicó a su patrón hacendado, pero no hubo caso. Su hijo murió, renunció de la rabia y no le pagaron aún su sueldo.

El peón aseguró que suplicó una y otra vez a sus patrones de la estancia para que le den un permiso para poder venir a verle a su hijo de 5 años, que estaba muy enfermo y no le dieron.

Pasaron los días y su esposa le avisó que su pequeño murió, él no estuvo a su lado, no pudo.

Hoy al señor le duele en el alma el no haber estado junto a su niño ya que considera que si hubiera estado, el niño no hubiera muerto.

En medio de su impotencia y reniego, el hombre renunció a su trabajo, pero ya pasaron 30 días y no le pagaron el dinero que le deben por los días trabajados.

Crispín Amarilla, es oriundo de San Pedro del Ycuamandiyú y denunció ante la Asociación de Trabajadores Rurales su triste historia. Dijo que se encontraba trabajando en la estancia Don Pedro S.A, en Boquerón, en pleno Chaco.

Su sueldo era de 3 millones de guaracas por el duro trabajo y sin IPS.

Muy triste dijo que le avisaron para que salga de la estancia porque el niño estaba muy grave, y se fue a pedir permiso, pero no hubo caso no se lo dieron a pesar de que insistió. Después le llamaron a avisar que su hijo murió, en ese momento agarró sus cosas y se subió en un camión transganado llorando.

Le dijeron que si se iba ya no era empleado de la estancia y que después le iban a pagar por lo que trabajó.

Crispín se siente un poco culpable ya que piensa que si dejaba su trabajo y venía junto a su hijo, este no iba a morir. El señor piensa que hubiera podido vender cosas y a lo mejor llevarle a un hospital mejor.

El prójimo quiere cobrar su plata que le deben en la estancia, según denunció ante la Aso.

“Ya pasaron 30 días (ayer) y aún no me dieron ni un solo guaraní por mi trabajo”, dijo.

Comentó con un tono de voz entrecortado que prestó plata de muchos de su compañeros que también son pobres para poder costear los gastos del entierro y que no puede devolver la plata porque no cobró aún lo que le deben.

Simeona Brítez, presidenta de la Asociación de Trabajadores Rurales, dijo a EXTRA que el abogado de la Aso está analizando una presentación de una querella contra la empresa que le negó el permiso a don Crispín Amarilla. Es una omisión de auxilio que hizo que una criatura se muera, comentó. “Es cuestión de humanidad ayudar en estos casos, la empresa le hubiera dado un adelanto de su sueldo y permiso para que pueda irse a verle a su hijito”, afirmó.

FUENTE: EXTRA

 

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