POLITIQUEROS SOLO ESTÁN PARA SAQUEAR LA NACIÓN
CIUDAD DEL ESTE (Por Carlos Roa) El político es la persona que se dedica a la política, interviniendo o aspirando a intervenir en el gobierno de un Estado, comunidad o municipio. Esta profesión desde hace años es una de las más codiciadas por los ciudadanos/as en nuestro país, porque es allí donde se encuentra la facilidad y rapidez para enriquecerse, porque el político ayuda, apoya, a cualquier hecho, proyecto, de ese presidente de la República o de algunos diputados de su partido, para poder sacar ventaja. Y de esta manera saquear el erario público con un pretexto de pantalla y cuando se va terminando su tiempo de transición estos solo hacen una cosa, el político solo piensa en las próximas elecciones.
Sin embargo, el estadista piensa en las futuras generaciones, qué hay que hacer para hacer mejores personas, para tener la dignidad, honestidad, y carisma de querer al ciudadano. Para de esa manera tanto el país como el ciudadano puedan desarrollarse de manera efectiva en su pasaje por este paraíso terrenal y no como el político, que sólo piensa en las próximas elecciones y a quién va joder. Es lo que más tenemos en nuestro país, como el clan ZI, que de vivir en alquiler, hoy tienen hoteles, mansiones, moviletes de alta gama, cuentas en bancos kañy, y otros artilugios. Está el caso del clan Rodríguez de San Pedro, donde uno es el gobernador y el hijo es el mayordomo de la ciudad, que se pasan disfrutando de carreras de caballos con animales intoxicados y se pasan la vida de rey sin hacer mucho esfuerzo. El clan Nuñez, de la OPACI, e inclusive se apropiaron de ríos aledaños a Villa Hayes y gracias a la política, porque allí se fragua, se lava, se limpia y se pone el dinero negro en dinero blanco como si fuese que se ganó con trabajo y honestidad.
Yo realmente no sé si necesitamos más políticos de esta índole o estadistas para mejorar y el país pueda salir del lodazal de la corrupción, que es cuidadosamente amparada por la impunidad. En fin, esperemos que algún día realmente tengamos también la sapiencia de elegir a verdaderos estadistas y no nos dejemos embaucar por politiqueros que después de ser autoridad, ya que olvidan de sus correligionarios y electores y solo se preocupan en llenarse las falquitreras.