AUMENTAN CASOS DE EMBARAZO EN LA NIÑEZ

NO ES SU “PAREJA” ES SU VIOLADOR!!!

CIUDAD DEL ESTE (Realidad Fatídica, Redacción) Recientemente ha habido un aumento de exposición a la luz pública acerca de cómo niñas de 13, 14 años están viviendo en concubinato con hombres que dicen ser sus parejas pero en realidad son sus violadores, esta terrible práctica de permitir que niñas mantengan relaciones sexuales y supuestamente amorosas con hombres que le duplican la edad se está volviendo una constante en nuestra sociedad. Además en este medio hemos publicado la situación de las niñas indígenas del norte donde la comunidad evangélica invadió sus tierras con el cristianismo de emblema y les obligan a pasar diezmo y a casar a niñas con hombres mucho mayores y donde al menos diez menores terminaron embarazadas, es así que recientemente una menor indígena de 12 años parió gemelos y donde los tres niños tanto la madre como los bebés quedaron en total abandono en el hospital solicitando ayuda de la ciudadanía.

Exponemos a continuación la postura de la UNICEF al respecto y cabe destacar que al decir “matrimonio” no estamos hablando de boda, sino de la unión de hecho donde una niña es sometida sexualmente por un adulto y obligada a convivir con este y realizar labores que no le corresponden.

El matrimonio infantil despoja a las niñas de su infancia, y pone su vida y su salud en peligro. Las niñas que contraen matrimonio antes de cumplir los 18 años corren un mayor riesgo de sufrir violencia doméstica y tienen menos probabilidades de seguir asistiendo a la escuela. Sus expectativas económicas y de salud son peores que las de las niñas que no se casan, lo que a la larga se transmite a sus propios hijos y socava aún más la capacidad de un país para proporcionar servicios de salud y educativos de calidad.

Con frecuencia, las niñas casadas se quedan embarazadas durante la adolescencia, lo cual incrementa el riesgo de sufrir complicaciones durante el embarazo y el parto, tanto para ellas como para sus hijos. Esta práctica también puede aislar a las niñas de su familia y sus amistades, así como restringir su participación en su comunidad, de modo que su bienestar físico y psíquico se ve gravemente afectado.

Dado que el matrimonio infantil repercute negativamente en la salud, el futuro y la familia de una niña, impone asimismo unos costos económicos sustanciales a escala nacional, con importantes consecuencias para el desarrollo y la prosperidad.

En el Paraguay, una de las prácticas dañi­nas que se regis­tran son los matrimonios infantiles y las uniones tempranas (que se reali­zan antes de los 18 años), pues menoscaban los dere­chos de las niñas y adoles­centes, expuso el Fondo de Población de Naciones Uni­das (Unfpa, por su sigla en inglés). “La mayoría de ellas se convierten pronto en madres, dejan de estudiar y viven en una situación de subordinación con sus pare­jas que las superan en edad; 8 de cada 10 matrimonios de mujeres entre 15 y 19 años se llevan a cabo con hombres mayores”, reportó la agen­cia internacional.

El arraigo histórico y cultu­ral de las uniones tempra­nas en el Paraguay es tal que a menudo se considera natural, pese a que exis­ten leyes de protección. La Ley 6002/17 que modifica el artículo 135 del Código Penal determina que los hombres a quienes se atri­buye ser “parejas” de meno­res de 14 años pueden ser imputados por abuso sexual con una expectativa de pena de hasta 20 años de prisión.

También la Ley 5419/15 de Reforma Parcial del Código Civil establece el aumento de la edad para contraer matri­monio. Es decir, todas las per­sonas que no hayan cumplido los 18 años no podrán casarse legalmente, con excepciones a partir de los 16 años.

Aunque existan pocos datos cualitativos y cuantitativos que permitan dimensionar el tamaño del problema, en el 2018 se ha registrado un total de 2.496 personas de 15 a 19 años unidas legal­mente en matrimonio, de las cuales un 82% corres­ponde a mujeres. La cifra aumenta cuando se contem­plan las uniones de hecho, que suman 41.308 en per­sonas de 15 a 19 años. De ellas, el 71,2% son mujeres, es decir, dentro de las perso­nas unidas en esa franja eta­ria, 7 de cada 10 son muje­res. Esta situación se da con mayor frecuencia en zonas rurales, donde un poco más de 1 de cada 8 mujeres (13,4%) se encuentra dentro de un matrimonio infantil o en unión temprana, fenó­meno que en entre adoles­centes de zonas urbanas se da a razón de un 8,6%.

Así lo establecen los datos del informe del Estado de Población Mundial, que el Unfpa presentó ayer, cen­trando su atención en tres prácticas nocivas que perju­dican a las mujeres y niñas en el mundo e impiden la igualdad: la mutilación genital femenina, el matri­monio infantil y la selec­ción del sexo con sesgo de género (la preferencia hacia los hijos varones).

 

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