MUJERES CON CANCER DEAMBULAN POR LOS HOSPITALES

OCTUBRE ROSA SOLO PARA LA FOTO, NO HAY ATENCIÓN MÉDICA

CIUDAD DEL ESTE (Salud, por Redacción) Sálvese quien pueda. Eso es lo que pasó con nosotras desde el 11 de marzo porque tenemos que deambular de un lugar a otro» dice María Estela Galeano, de 47 años, sobreviviente de cáncer de mama. Ella es una de las 200 pacientes oncológicas del Hospital Nacional de Itauguá afectadas por el traslado de los servicios al Hospital San Pablo de Asunción debido a la pandemia.

Lo que ocurrió es que el Hospital Nacional destinó el espacio de mastología para recibir pacientes con covid-19 que requieren terapia intensiva. Las autoridades sanitarias derivaron a las pacientes oncológicas al San Pablo de la capital para evitar exponerlas al virus. Pero María Estela, de la Asociación de Pacientes con cáncer de mama y familiares del Hospital Nacional, dice que el ajetreo de ir de un hospital a otro las hace todavía más vulnerables. Por eso reclaman volver a Itauguá. «Soy una paciente que terminó 26 sesiones de quimioterapia y 25 sesiones de radioterapia. Para colmo, me agarró el covid. Estuve mal dos semanas, gracias a Dios no pasó a mayores» cuenta en entrevista telefónica mientras espera turno para consultar en el Hospital San Pablo. Las personas con cáncer son consideradas población de riesgo porque pueden padecer complicaciones graves de covid-19.

María Estela explica el recorrido que hace una paciente con cáncer de mama: si necesita consultar con mastólogos, psicólogos y nutricionistas va al Hospital Nacional. También para los análisis, tomografía, ecografía y mamografía. Para consultas oncológicas, quimioterapia y retirar medicamentos debe ir al San Pablo. Antes de la pandemia tenían todos estos servicios en Itauguá.

Incluso la Sociedad Paraguaya de Mastología expresó su preocupación por las pacientes oncológicas, que recibían una atención integral en el Hospital Nacional. En un comunicado a fines de mayo, los profesionales advirtieron que después de la pandemia habría una gran cantidad de pacientes con enfermedades cuya atención fue postergada, como el cáncer de mama. Según datos del Ministerio de Salud, el cáncer de mama es la principal causa de muerte entre las paraguayas y el más diagnosticado entre ellas, con cuatro nuevos casos por día. «Algunos dicen: “¿para qué se quieren ir al Nacional si ahí está el virus?” Como si fuera que no hay en los colectivos, ¡en cualquier lado! Te vas a Itauguá, te hacés tus análisis, retirás el resultado y volvés a la capital en otro colectivo. Quizá tuviste que manejarte en cuatro colectivos, anteriormente no era así. Es más gasto, si yo tengo para mi pasaje probablemente otra persona no tenga» dice María Estela, que es de la ciudad de Itá. Cuenta que estos traslados complicaron aún más el tratamiento de pacientes de Caaguazú, Ciudad del Este, Horqueta, Concepción y otras ciudades. Mujeres que ya hacían viajes de larga distancia para llegar al Hospital Nacional de Itauguá como Noelia Gaona, una joven de Caaguazú que debe hacer un trayecto de 180 km para recibir su tratamiento contra el cáncer de mama.

El desgaste para una persona con cáncer es enorme. Las integrantes de la asociación incluso se manifestaron para reclamar su antiguo espacio en Itauguá. A raíz de esto, el Ministerio de Salud prometió adecuar un sector del Hospital Nacional para volver a recibirlas.  «El espacio en el hospital necesita adecuarse. Se están buscando donaciones ya que el ministerio no tiene presupuesto para esto. Lastimosamente nos toca un Octubre Rosa en la calle, deambulando» lamenta Noelia. Consultado al respecto, el viceministro de Rectoría de Salud, Julio Rolón, dijo que sí tienen presupuesto pero no dio una fecha estimativa para la habilitación del bloque. 

Esta situación se suma a otros problemas diarios que enfrentan pacientes y sus familias, como la falta de medicamentos y acceso a tratamientos. El único acelerador lineal de salud pública para radioterapia que está en el Instituto Nacional del Cáncer (Incan) sufrió una avería en agosto y se reparó un mes después, lo que interrumpió el tratamiento de unas 80 personas. Pero aún estando operativo no da abasto. Maria Estela recuerda que después de su mastectomía, tuvo que someterse a radioterapia y no podía esperar los turnos del Incan.

«Tuve que hacer muchas polladas para juntar 14.500.000 guaraníes para hacerme radioterapia en el privado. Porque el cáncer no espera. Pero en esta pandemia hacer una pollada o una rifa, usted ya se imaginará. Una o dos veces los vecinos podrán ayudar, después ya es difícil. Porque la vida es difícil. No hay trabajo, hay muchas circunstancias».

Reportaje realizado por Romina Cáceres, extraído de elsurti.com

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