CIUDAD DEL ESTE (Reflexión, Redacción) Un policía es una mezcla con las características de varios hombres, es al mismo tiempo el más buscado y el menos deseado. Maltratador, extorsionador, sinvergüenza, mal educado y algunos otros epítetos porque parece que carecen de instrucciones básicas de respeto principalmente los Sub Oficiales y así también algunos policías de carrera, se ve mucho, se escucha y se lee en titulares en las marquesinas de los medios que cuando están en estado etílico su bolsa de arena es su compañera, su esposa, su amante, su novia o su pretendiente. Es una persona extraña al que se le llama ” SEÑOR ” de frente y ” PERRO ” por la espalda.
Debe ser capaz de sostener una pelea con dos hombres más fuertes que él, sin dañar su uniforme y sin ser ” brutal “, si consiguen pegarle es un débil, si es él quien pega entonces es un ¨bruto¨. Tiene que tomar una decisión en un instante, algo que le llevaría varios meses a un abogado. Tiene que devolver la respiración, cortar la hemorragia, tiene que ser capaz de sacar un arma a la carrera, realizar un disparo y alcanzar el objetivo ahí donde no le cause un daño grave y a continuación explicar exhaustivamente porque se ha disparado. Todo esto si están bien capacitados, claro, pero en la escuela de policía no se ven a estos grandes capacitados. Por ejemplo, la FOPE que no tiene la capacidad de persuadir, ni de resolver situaciones hablando, razonando. Sólo saben golpear, agredir, ir de frente y romper filas. Los policías aquí están preparados para hacer de guardias de los magistrados, vigilar la “boda del año” y otros eventos de farándula. Pero aquí no están preparados para la verdadera acción, y si acaso alguno está capacitado la gordura no le permite correr, cuando ocurre algo grande donde se debería ver toda la destreza policial, estos retroceden, son unos cagones o bien en extremo violentos. Pero jamás veremos una organización policial al estilo SWAT, operando con inteligencia y estrategia.
Tienen que saber dónde se cometen todos los pecados del mundo, obviamente pues son ellos los propiciadores, pero no hacer ninguno, o que no se les descubra cometiendo ninguno, aunque más bien son conocidos los casos donde ellos son los protagonistas de estos pecadillos. Deben seguir una pista hasta el final para encontrar un testigo que lo haya visto todo, y hacer que no recuerde nada, o encontrar un sujeto y plantarle la evidencia que no tuvo testigo. Escarbar en los documentos y escribir informes para establecer una prueba infalible que será apoyada por camaradas de arriba.
En fin, debe ser un negociador del tipo subasta, un gran actor para hacerse del tonto cuando se les cuestione, un visionario de las oportunidades para hacer plata, un kapé cuando y le conviene un violentador de mujeres y marginados. Un peón del estado cuando toca reducir a la ciudadanía y un héroe cuando desbaratan entre ellos sus negocios clandestinos.