CIUDAD DEL ESTE (Salud Pública, por Carlos Roa) Las camas de terapia intensiva están reservadas “por si” hubiera un brote de COVID 19. Mientras, pacientes oncológicos o de otras patologías que requieren ser operados y luego someterse a cuidados intensivos, son abandonados y casi condenados a muerte. Las denuncias son cada vez más reiterativas y las redes sociales son las principales cajas de resonancias. Según el último informe del Ministerio de Salud, solamente 8 positivos por COVID están internados; 2 de ellos en terapia intensiva. Pero las camas siguen “reservadas” para los pacientes con el supuesto virus. Los personales de salud se excusan con el “protocolo”, afirmando que las ordenes provienen directamente de la cartera de salud.

Pero no solamente la UTI está “retenida” para los posibles enfermos de coronavirus. También en los servicios de urgencias se niegan a atender a pacientes, incluso a aquellos con cuadros respiratorios, por temor a un contagio, ya que los médicos y enfermos no cuentan con equipos de protección. Según el último informe, en todo el territorio nacional el sistema público cuenta con alrededor de 420 camas de Terapia Intensiva, incluyendo adultos y niños.

Las autoridades sanitarias, incluyendo al ministro Julio Mazzoleni, destacaron en varias oportunidades que los hospitales están vacíos, pero lo que no informan es que muchos son rechazados, mientras que otros prefieren quedarse en casa al saber que no serán atendidos.

El COVID o al menos la amenaza de desborde de los servicios sanitarios con contagios masivos, acapara los centros asistenciales, mientras que muchos afectados con otras patologías son condenados a la muerte.