UNA SELECCIÓN DE PARAGUASHOS BESANDO EL CHAU RUSIA
CIUDAD DEL ESTE (Por Carlos Roa). Un país totalmente carenciado de actitudes y profesionalismo, donde la meritocracia es simplemente una virulana para limpiar la imagen. Más una vez, como el otro día dije, nos vamos a ver un partido so´o, donde en la cadena de radio, periódicos, televisión, fue un pandemonio de publicaciones, entrevistas, vanagloriando a cada jugador que juega en los clubes de otros países y que son parte de la selección, que sí tienen profesionalismo y actitudes deportivas de conocimiento en manos de algunos entrenadores, que sí entienden que el fútbol es un juego colectivo y el deportista, o sea, el jugador de fútbol tiene que tener una mirada gran angular (un ángulo de visión mayor al de la visión humana) y un juego táctico del tic-tac y no como la selección paraguaya, o los jugadores en su mayoría paraguasho no pueden organizar jugadas y van a un fútbol a lo tavyrón, se pasan corriendo la cancha para que el comentarista salga a relucir estas palabras: Lezcaaano, parece un león, corre incansable pero caros lectores, Paraguay no tiene león para empezar, y el correr de aquí para allá sin juego táctico significa carecer de estrategia y preparación, porque lo correcto es colocar el balón en el pie, levantar la cabeza y buscar al compañero mejor posicionado, y preparar la jugada para que el esférico bese las redes del arco rival, pero esto no tienen la mayoría, solamente algunos jugadores que tienen ese perfil pero que están fuera de la selección.
Uno de los que no sirven es este Lucas Barrios, un paraguasho nacionalizado, que entra a la cancha como si fuese un partido de rugby, no como jugador de fútbol, sin producir ninguna mejoría en la colectividad del equipo, por lo que una vez más insistimos que en la selección solo deberían estar los paraguayos te´ete y no los paraguashos nacionalizados, que tienen una filosofía gracias a que jugaron en clubes donde hay profesionalismo y que vienen acá a querer jugar con zapatito de cristal. Y como éste hay varios otros ejemplos de jugadores que entran “a lo loco” a la cancha, pero no aportan absolutamente nada al equipo, con el resultado de otra derrota humillante en nuestra propia cancha, ante un público incrédulo y entristecido, que vino con el sueño y la ilusión que tengamos sellado el pasaporte a Rusia.
De todos estos problemas uno de los principales no es el director técnico, el caso de Chiqui Arce, sino aquellos periodistas deportivos que vienen engalandonando a los jugadores que a ellos les parece y según fuentes les da alguito para que les promocionen, como por ejemplo Bruno Pont, que se pasa galanteando a algunos y otros jugadores, que son profesionales, naumbré luego, pero nunca dijo que convirtió un gol meramente por acaso, que al jugador se le cayó la pelota por la cabeza y el esférico besó las redes. Lo primero de todo es comunicar, decir, hablar, de la realidad de nuestra selección, que son una manga de caballos locos, que entran a la cancha acorrer de aquí para allá, galanteados por unos hipócritas periodistas deportivos. Después hay que paraguayizar la selección, no paraguashos ni mucho menos técnicos extranjeros, tiene que ser una selección de pura cepa y con un técnico especializado y capacitado en las escuelas del Pep Guardiola, donde una selección o un equipo de fútbol tiene que jugar con cuatro número 10, para que el fútbol sea rotativo, colectivo y el adversario pueda quedarse mareado por las jugadas de los profesionales que con cada movimiento dejan boquiabiertos no solo al adversario, sino también al aficcionado. Infelizmente estamos besando ya otra vez la eliminación de otro mundial.