Por José Luis Simón.
El hambre y las ganas de comer en Palacio de López (de Óscar Acosta y Santiago Peña, que en realidad para mí son intercambiables, entre lo uno y lo otro, amables lectores), como fue costumbre hasta 2013, o bien “mburuvicharescamente”, según el capricho de Karte$K, el tabe$iano chupine$co, otro aventurero en nuestra tan deteriorada república democrática, pero con el agravante de ser este una manifestación emergente del poder fáctico del dinero fronterizo en nuestra realidad política, lo que siempre está, sino en el centro, al menos en el borde mismo del crimen organizado del narcotráfico y demás.
La democracia fraudulenta paraguaya se encuentra en una fase de muy grave crisis institucional, como resultado de la peligrosa politiquería partidocrática que padecemos y que puso al borde del estallido, a lo que resta de nuestro ideal de república democrática, como nunca antes después de 1989.
En el presente el peligro de un “bing-bang” es cuali-cuantitativamente superior para la Patria Paraguaya Humanidad, más incluso que en las más graves coyunturas pasadas:
(i) La del fraude colorado-rodriguista contra Argaña (1992) y el subsiguiente desgobierno de Wasmosy (1993-1998);
(ii) El intento fallido del golpe de estado de Oviedo (abril de 1996), que se frustró porque el ambicioso y ensoberbecido general creyó que bastaba con ruidos de tanques para hacernos retroceder hacia otro episodio de nuestra larga historia de autoritarismo;
(iii) La del concubinato contra natura del adefesio politiquero partidocrático de la brevísima y caótica ¿presidencia? por delegación de Cubas Grau, apenas un “mascaroncito de popa” de Oviedo, con su vicepresidente Argaña (1998-1999), quien aceptó tal humillación, justificada por él en su obsesión presidencialista, tipo “destino manifiesto”;
(iv) La inevitable concatenación de esa parodia de desgobierno, en 1999, de lo que para mí hasta hoy sigue siendo el “asesinato de un cadáver” (el de Argaña), con el peor de los escenarios, el de la tragedia del marzo paraguayo, de tanta sangre inocente derramada de la manera más vil, y de la que surgió el aborto histórico del desgobierno de desunión nacional;
(v) Lo que nos condujo después a la anarquía y corrupción de los pretorianos sin uniforme, disfrazados detrás del títere González Macci (1999-2003), iniciada por medio de la muy peligrosa ¿jurisprudencia? del caos de la incerteza constitucional, otro crimen de estado de la suprema corte de la injusticia, siempre al servicio de los poderes fácticos de turno, como también ocurre ahora mismo;
(vi) El despeñamientos del nicanorato (2003-2008) que entre tantos males nos legara las maldiciones de las narcoterroristas del “Epp” y la apertura del Paraguay al chavismo y su s(u)cialismo siglo XXI;
(vii) El aventurerismo oportunista del PLRA, ávido de adicción palaciega, recurriendo para ello al amoral, inmoral y absolutamente incompetente monseñor Fernando Armindo Lugo (2008-2012), quien estuvo a punto de subordinar por completo de lo que restaba de nuestra soberanía al castro-chavidmo;
(viii) El interregno deplorable de Federico Franco (2012-2013);
(ix) El irresponsable y temerario desgobierno neocolorado (2013-2018, fecha esta última teórica al menos), el del poder fáctico del dinero de Karte$K, que no solo es un régimen plutocrático, sino algo peor: a todas luces derivado del lavado de dinero, cuando menos, y que hoy tiene un final de pronóstico reservado…
En este contexto de menos de tres décadas de caos político-institucional pos dictadura stroessnerista debe “leerse” la para mí desafiante e irresponsable fotografía (más todavía en estos momentos) de los aspirantes a “vencedores”, el oportunista y ambicioso tecnocratito Santiago Peña, y el periodista Óscar Acosta (¿porta estandarte de la red multimedia AJV?, otro poder fáctico del dinero, también fronterizo), quien desde que se le adelantó Mario Ferreiro en el mediatismo politiquero, delira con su ya iniciada precandidatura presidencial. Y, ¡para lo cual tiene como maestro de ceremonias al frustrado y no retirado politiquero, si bien tras bambalinas, después también del engendroso ¿Encuentro Nacional?, que inaugurara aquí la politiquería del dinero de Caballero Vargas, entonces respaldado por Aldo Zucolillo.
Euclides Acevedo, inveterado amante despechado de todos sus aventurerismos partidocráticos y movimentistas. lo que no se compensa ni de lejos con su trepadurismo masoneril y tampoco con su incursión ¿periodística?, casualmente con Acosta y su esposa, en las siestas-tardes de Monumental.
Acosta, en el peor de los casos, al menos se conentará con una “apoteósica” senaduría por capital, muy confiado en su inmenso capital mediático, que le sirvió como disparador para “sacrificarse” como aspirante a futuro inquilino del Palacio de López. ¡Otro más de los miles de convencidos que llegarán a la presidencia!
Si en el Paraguay pos 3 de febrero fueron sucesivamente presidentes Rodríguez, Wasmosy, Cubas Grau, González Macci, NDF, Lugo, Franco e incluso Cartes, ¿porqué negarles esa ambición a todas luces desmedida de Peña y Acosta? Total, lo de desgobernar es una característica de nuestra sociedad de irresponsabilidad ilimitada…