CIUDAD DEL ESTE (realidad fatídica, por Carlos Roa) Históricamente pensamos en los medios de comunicación como portadores de información. Luego, con el advenimiento de los grandes conglomerados de medios, éstos dejaron de ser portadores de información y se convirtieron lentamente en formadores de opinión. Ahora, ¿Cómo forman la opinión de las masas? ¿A quién buscan beneficiar con esas opiniones? Sin lugar a dudas no buscan beneficiar a los ciudadanos de a pie.
Actualmente, los medios de comunicación deciden por nosotros; ellos determinan que pensamos, como lo pensamos y cuando lo debemos pensar, matando el espíritu crítico que es la capacidad del ser humano de cuestionar los principios, valores y normas que se le ofrecen en el entorno. En otras palabras, los medios de comunicación están matando nuestra autonomía como personas individuales y únicas.
El espíritu crítico de los seres humanos está hoy tan dañado, que ahora mismo los medios ni siquiera tienen que disimular la manipulación a la que nos someten. Solo tienen que ponerse de acuerdo entre cuatro o cinco personas acerca del mensaje que tienen que bajar y solo lo hacen, emitiendo ese mensaje en un “loop” interminable de palabras ostentosas pero sin sentido que van horadando el cerebro de los televidentes sin siquiera saber, al menos, quién es el que escribe el discurso, sin saber quién es el poder detrás del poder.