CIUDAD DEL ESTE (Reflexión, por Carlos Roa) Una influencer Fitness, publicó en su Instagram que no hay nada mejor que: “despertarse, meditar, estirarse, hacer actividad física, ir a crioterapia y luego hacer drenaje”. Un lunes ¡No, ella no está de vacaciones! Le pagan por hacer actividad física, por publicar las marcas que la patrocinan, por dar a conocer a la masajista, por decir que la vida es “genial” y que ella es muy feliz. También dice que la Cúrcuma y el Magnesio son “sorprendentes” y que son buenos “para todo”. Y entonces, Joana (nombre ficticio) ve esto.
Ella, Joana, se levanta temprano, se prepara un café rápido, corre al trabajo, come en el trabajo, llega a casa pasadas las 7 de la noche después de viajar en bus 40 minutos y caminar cinco cuadras para llegar a su casa, agarra su cuaderno y folleros y corre a las clases de inglés. Vuelve, come algo y duerme porque “todos los días hace todo igual, se levanta a las 6 de la mañana”. Entonces, Joana, que es una persona normal, empieza a sentirse fracasada. Triste. Inútil ¿Quizás es la falta de cúrcuma?
No puede despertarse, meditar, estirarse, entrenar, hacer crioterapia y drenaje.
Mientras la influencer se seca el pelo con la nueva secadora y planchita de esa casa comercial que está en la avenida principal, Joana ya está en la segunda reunión. Entregando el cuarto informe del día. ¡Y ni siquiera 10 minutos de meditación puede hacer!
¿Y qué hacen estos influencers y blogueros por la humanidad, además de demostrar una vida ficticia que NADIE normal puede tener?
Y luego vemos jóvenes cada día más deprimidos, gente cada vez más inmediata, profesionales más frustrados, y la vida real, que se suponía que era una muy buena vida, incluso con sus contratiempos, se está viendo como un cruel villano.
Un “coach (entrenador) de estilo de vida” se suicidó. Un Entrenador Bueno. De los que tuvieron una vida plena en la red social. Pero la vida real, que es buena incluso con sus percances, intervino. Y no pudo soportarlo. Compruébalo: la mayoría de los influencers digitales consultaron con él.
Pero él, ¿Con quién consultó?
En tiempos de cúrcuma, magnesio, vida fit, agua con limón por las mañanas, crioterapia, meditación y estilo de vida… Yo me quedo con el asado, el puchero, el guiso, la vida familiar con los hijos, sacar al gato, la religión, el concierto en la plazita, la actividad física moderada y un rico chipa guazú, arroz con leche o incluso un brigadiero, que nunca mató a nadie con desilusión”.
Así son las casas, así son las personas, así son las vidas perfectas, así son las familias perfectas
Solo fachada, sin contenido!! Piense, y si, es verdad!! Todo es pura pinta de una realidad que no existe mientras nos quieren hacer creer lo maravilloso que es todo, y no, no es que tu vida sea miserable es que las redes sociales son una farsa total!
Cuidado con las fachadas y las buenas ′′ apariencias “, la mayoría de las veces son vacíos enormes, y no hay contenido alguno.