CIUDAD DEL ESTE (Realidad Fatídica, por Redacción) En marzo del 2022 publicábamos el trágico accidente ocasionado por un ómnibus de la empresa Mburucuyá que estaba circulando sin la habilitación vehicular correspondiente y que en estado deplorable había perdido el freno en plena ruta perdiendo el control, pasando al carril contrario y embistiendo contra una motocicleta donde circulaban Juan Ramón Escobar Fernández y Cecilia Rocío León Alarcón. Juan Ramón Escobar murió en el acto por las múltiples fracturas mientras que Cecilia Rocío permaneció en terapia intensiva durante meses y resistió casi un año más para finalmente morir ayer durante una cirugía de emergencia donde le sacaron una porción del intestino, una de las cientos de secuelas que tuvo por este accidente.
Estuvo los últimos diez meses pidiendo, suplicando por redes sociales y por los juzgados que la empresa Mburucuya se responsabilice de la tragedia que ocasionaron poniendo en circulación un colectivo que no poseía la habilitación vehicular otorgada por la Municipalidad justamente por ser un bus chatarra y no estar en condiciones. En sus videos contaba las secuelas del accidente para su salud física y como vivían de la caridad de los amigos, vecinos y ciudadanos que se solidarizaron con su situación, “me extrajeron sangre de los pulmones, pasé por varias operaciones, me colocaron parches para detener las hemorragias, me dializaron, tuve varias fracturas, politraumatismo. Hoy ya no tengo uno de mis vasos sanguíneos”
En esta causa el empresario de transporte Nelson Rojas, propietario de Mburucuya S.A. está acusado por exposición al peligro en el tránsito terrestre y exposición a personas a lugares de trabajo peligroso. Por los mismos hechos punibles, está imputado también el accionista mayoritario de la empresa, Manuel González. El chofer del ómnibus, Marcelo Cuba está acusado por homicidio culposo y actualmente en rebeldía y con orden de captura, porque no se presentó a su audiencia preliminar. En el transcurso de los litigios se solicitó la Pericia Mecánica para confirmar la deplorable situación en la que se encontraba el colectivo, pero “misteriosamente” antes de que esta fuera realizada el colectivo se incendió, estando estacionado frente a la Comisaría Cuarta del barrio Pablo Rojas.
Quedan tres niños huérfanos, una familia fracturada y la población esteña temerosa y dolorida por lo sucedido, viendo que evidentemente la justicia no existe para los menos pudientes, los colectivos chatarras siguen circulando y no importa a quien se le llore, nadie da solución a nadie le importa.
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