Horacio Cartes | Castor Ibarra, el “nexo” en la Senad. |
(segunda parte)
LA HISTORIA
De todos los sectores políticos, económicos, charlas de café la mayor interrogante es “¿Porque Cartes lo mantiene a De Vargas, si empieza a ser un pesadísimo lastre que significa un enorme costo político”? Y esa reclamación se ha vuelo corriente en el Parlamento, los medios de prensa sin que ninguno tenga una respuesta precisa y todo se sabe en suposiciones.
Voy a referir una historia en la que es posible se encuentre el origen de esa desmedida protección, aun contra su entorno y sus propios aliados internos dentro de la ANR. En enero de 2013 estaba terminando mi libro “LA OTRA CARA DE HC”. Era un mar papeles liberados por archivos de países muy queridos, de medios de comunicación muy famosos en el mundo (y los cité alguna vez), de amigos que me consiguieron entrevistas, de ex ministros y embajadores en el Paraguay, y sin traicionar las largas horas de grabación “off the record” que mantuve firme en retribución a la gentileza de mis fuentes.
Cuando pude darle forma a ese aluvión de materiales, y tratar que tuvieran sentido para orientar y no distraer al lector, solo me faltaban algunos documentos, o fotos para ilustrar el material. ¿Adonde recurrir? A los archivos nacionales, aunque tenía la información que la mayoría había desaparecido hacia el 2003 cuando asume Nicanor y queda en la SENAD Castor Ibarra, quien se encargó de “extraviar” varios documentos que podrían comprometer al candidato oficial, entones HC, a cambio de ciertas prestaciones en las que no estuvo ajeno el propio Duarte Frutos.
Pero, tenía la esperanza de hallar más cosas que documentaran el libro. Recurrí a algunos amigos y les confié que en la SENAD había más material por la versión de un amigo, entonces miembro del organismo, aunque dependiente de la DEA. El me dio la clave cuando me confesó una vez que esos papeles podrían estar extraviados, pero nunca destruidos, ya que la DEA tenía una copia de cada documento y se mantenía en un sitio a salvo de cualquier intento, de manera que era inútil hacerlos desaparecer. Dicho sea de paso, la DEA sostuvo, y creo que sigue sosteniendo, presupuestariamente a la SENAD lo que le confiere cierta paternidad sobre sus acciones. En su momento la SENAD dijo que no era cierto, pero un alto funcionario de la AMEMBASSY (nombre clave para las correspondencias referidas a la EMBJADA AMERICANA) bajo el secreto del “off the record” me dijo muy risueñamente que “nosotros no pedimos documentos a SENAD, ellos nos proporcionan voluntariamente”. Realmente era para sonreír.