CIUDAD DEL ESTE (política, por Carlos Roa) Paraguay está siendo considerada mundialmente como una Republic bananera por su eterna entrega de la soberanía. Sin embargo lo ocurrido la semana pasada sobre el pacto secreto de granujas y villanos donde estaban involucrados el presidente de Brasil, Bolsonaro Family, Marito y Company y el vicepresidente Hugo Velázquez sociedad anónima. Y lo peor de todo que seguimos con la política más antigua del Paraguay, es la política concesionaria, cobarde y traidora. En los entes binacionales Brasil y Argentina establecieron su propia soberanía. Una de esas formas fue hacer concesiones amplias a los “hermanos” Brasileños y Argentinos comprenden de hecho la creación de un estado dentro de otro estado.
El Estado se declara incapaz de invertir en la administración de recursos para generar riqueza en el país, y así con las concesiones se abre la puerta al negocio. Dispensar impuestos, pedir poco dinero por la energía de exportación, control total de la zona, amplia discrecionalidad y una gran corrupción. Brasil y Argentina se pasan haciendo Promesas que nunca se cumplen. Esto último ocurrido es prácticamente una intervención política en el Estado. Así comienza la corrupción, en esa relación directa de los políticos con el capital extranjero en la que son subordinados de quienes tienen todo el poder económico. El Estado parece renunciar por completo a la soberanía establecida en la constitución de la república con estos proyectos Hidroeléctricos, de hecho que en las binacionales tienen sus propios gobiernos y Paraguay hace el papel de un “segundón” implica no una renuncia parcial como antes de la firma de esta acta, sino una renuncia total, autorizando algo que la constitución prohíbe: crear soberanías ajenas al país dentro de su territorio. Paraguay está retrocediendo por establecer una política concesionaria que es un gran fracaso, porque los supuestos Caínes que los llamamos hermanos, son simplemente el supositorio mayúsculo que nos ponen a los paraguayos. Porque a éstos les servimos solamente para sus negociados. Y cuando ya no los quieren, los desechan al basurero, como si fuese papel higiénico. Recién pasado por el trasero de los ciudadanos paraguayos, después de una larga diarrea, o pungá. Mientras tanto los que están en el poder son apatucados por algunos ciudadanos descarados, sin – vergüenzas, holgazanes, conocidos como hurreros o lametrastes. Donde Trovato discute con Zapag, de dónde vamos a jugar y por quiénes vamos a jugar, no diciendo juguemos por estos infelices, vyros, fanáticos, tanto de Cerro y Olimpia y vendamos nuestras drogas en el medio de la barra brava. Como lo dijo Enriquito 730.