BENEFICIOS PSICOLOGICOS DE VER ANIME

CIUDAD DEL ESTE (Entretenimiento, Redacción) El anime es uno de los géneros cinematográficos con más éxito. Y como otros géneros y medios de comunicación, tiene un gran impacto en las persona, pudiendo influir en cómo estas perciben el mundo y gestionan sus pensamientos. Por estas dos razones fundamentales, algunos profesionales se han interesado en investigar si la afición a este género japonés tendría beneficios psicológicos.

A menudo se confunde con el término manga, el cual puede que te resulte más familiar. Sin embargo, se trata de dos géneros diferenciados y dicha confusión provoca un gran resquemor entre sus fans. Ambos son parecidos en apariencia. La estética, sus trazos y la caracterización de los personajes es similar. Sin embargo, el manga se presenta en formato cómic y el anime en audiovisual.

Por tanto, se denomina anime al estilo de animación tradicionalmente japonesa, el cual puede ofrecerse como película o como series, siendo este último el más habitual. A diferencia de lo que ocurre en occidente, donde las series de animación suelen tener como objetivo a la población infantil, el anime es para todos.

Así, tienen un nombre para identificar cada tipo según franja de edad y género. Ejemplos del kodomo, o anime infantil, son Heidi o Doraemon. Series como Naruto, Dragon Ball, Sailor Moon o Candy Candy forman parte del tipo adolescente, llamado shōnen (para chicos) y shōjo (para chicas). Y también se pueden encontrar categorías dirigidas a los públicos más mayores, seinen si está dirigido a hombres y josei si es para mujeres. Estas, a su vez, se pueden clasificar por la orientación sexual de sus protagonistas y cómo de explícitas son.

Por supuesto, otra forma de categorizarlo es en subgéneros. Es decir, aventura, comedia, romántico, terror, etc. Incluso, existe un subgénero dedicado a la sanación o curación de sus espectadores, el iyashikei.

Hay ciertas evidencias en el campo de la Psicología que indican que ver series o películas de dibujos animados o animación es beneficioso para la salud, especialmente para la depresión. Según los autores, este impacto positivo se produce por varias razones. Por un lado, el entretenimiento y la distracción mejoran el estado de ánimo. Por otro, los estímulos gráficos y narrativos podrían facilitar nuevas asociaciones afectivas y cognitivas, o bien, su restauración.

Algo que caracteriza sin duda al anime son las características de sus dibujos. Personajes de ojos grandes y expresivos, así como numerosos trazos para indicar estados emocionales. Por ejemplo, una gota en la frente, la boca en forma de tres tumbado o una especie de cruz en la cabeza como forma de representar la vergüenza, ternura o enfado. Aunque parezcan detalles simples, esta simplificación de las emociones facilita el reconocimiento de emociones y, por tanto, su procesamiento.

Otro aspecto realmente beneficioso que presenta la animación japonesa es que muchos de sus personajes padecen trastornos mentales o dificultades psicológicas de algún tipo. Haciendo referencia a lo que mencionábamos anteriormente, esto provoca que los espectadores se sientan identificados y no se sientan solos. Pero además, contribuye de manera indirecta gracias a que la parte del público que no padece de malestar psicológico, lo conoce más de cerca. Y así, es como se consiguen romper estereotipos y eliminar los estigmas de la salud mental.

Todo es cuestión de encontrar tu anime

Si crees que ver animación japonesa puede ayudarte a superar algún problema, o simplemente quieres probar, todo es cuestión de elegir la más adecuada. Como hemos comentado, hay una gran variedad de géneros y subgéneros, incluyendo uno específico para sanar. Las opciones son múltiples y solo tendrás que encontrar la que más se adecúe a lo que necesitas.

Para elegir, seguro que en línea encontrarás listas interminables. O bien, si lo prefieres, puedes buscar entre los archivos de asociaciones como Anime for Humanity, quienes se encargan de seleccionar animes terapéuticos. Quien sabe, quizás encuentres en la animación la forma de romper algún nudo interno, o simplemente, una nueva afición.

 

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