Defenestramos de una vez las tétricas listas sábana

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ROBAN LOS SUEÑOS Y ANHELOS DE LOS CIUDADANOS PARAGUAYOS

CIUDAD DEL ESTE (Politiquería, Carlos Roa) Entre gallos y medianoche los politiqueros y mbyases de Paraguay con rotulos de magistrados electorales sepultaron para estas elecciones del 2018 el reclamo popular por elecciones libres y transparentes y no previamente digitadas con las listas sábana que condicionan y vilipendian al ciudadano, el sufragante por más que quiera cambiar la podredumbre del país, no se puede por culpa de las listas sábana y es esto tiene que ser erradicado o defenestrado por los congresistas, pero no lo hacen porque no les conviene, porque no podrían seguir saqueando y robando el sueño del ciudadano y las ganas de progresar.

De no existir las “listas sábana”, todos estos personajes indeseables de la política guaraní y rastrera serían desplazados por personas con verdadera vocación política y capacitada para las delicadas funciones de Estado. Sin embargo en el Paraguay cualquier vyra tavy o guey corneta se candidata y gana algún cargo porque su amigoité es Don Cannabis. Además el control financiero de las campañas electorales debe ser administrado por entes de control independientes que puedan verificar que el dinero que es del Estado sea invertido en favor del pueblo, y no en campañas políticas.

La Justicia Electoral, creada por la Constitución de 1992, es la institución responsable de proclamar a las autoridades electivas del país. Cuenta con el monopolio del poder en cuanto a los asuntos electorales como para que la ciudadanía se pueda respaldar legalmente en ella para la necesaria garantía y respeto a la voluntad popular en el proceso de construcción del poder legítimo.

Sin embargo, a pesar de contar con la plenitud de las atribuciones en esa cuestión específica y pese también a que sus máximas autoridades están investidas de fueros para actuar con independencia y seguridad, es una institución que se convirtió con el tiempo en una peritonitis de la clase política dominante del país, de la cual se contaminó con todos los vicios de latrocinio, servilismo y arbitrariedad, hasta convertir a los miembros del Tribunal Superior de Justicia Electoral (TSJE) en lo que son actualmente: simples mandaderos de los caciques políticos que desde las élites partidarias y los resortes parlamentarios tuercen las leyes electorales y estrujan a su antojo las reglas del juego democrático.

En connivencia, los politiqueros y los miembros del TSJE simplemente ignoraron el reclamo popular por elecciones directas y no digitadas a través de las listas sábanas impuestas por partidos y movimientos. No es justo que el contribuyente paraguayo tenga que pagar para que éstos politiqueros sin – vergüenzas se elijan una y otra vez en elecciones digitadas, porque es como dice el adagio “cría cuervos y te comerán los ojos”, pero en este caso, criamos cuervos prácticamente obligados, ya que seguimos bajo el yugo de las tétricas listas sábana, al menos, hasta 2018, año que esperemos tengamos un presidente con los pantalones bien puestos que impulse una reforma que acabe con este drama.

 

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