CIUDAD DEL ESTE (Reflexión, por Redacción) Recientemente se dio a conocer en el programa de televisión La Lupa, le calvario que tuvieron que pasar dos hermanos que fueron acusados de ser supuestamente asaltantes cuando no se tenía pruebas en contra de ellos, fueron arrestados y derivados a la cárcel de Emboscada donde permanecieron recluídos por 6 meses, que es el mínimo que se estima en la prisión preventiva mientras se reúnen pruebas para el futuro litigio judicial. El caso de estos hermanos es solo una muestra de lo que ocurre en el país, de las tantas caras que tiene la justicia, donde los inocentes son arrastrados al infierno carcelario y los culpables que son delincuentes de poca monta viven la indigna e inhumana vida en prisión mientras los ladrones de cuello blanco y otros pesos pesados quedan impune gracias a las facilidades que otorga el dinero malhabido.
Dionicio Correa y Teresio Correa son dos hermanos que se desempeñaban como costureros en la ciudad de Asunción, cuando el 9 de noviembre del 2017, al salir del trabajo fueron detenidos por agentes policiales quienes en principio pidieron a los hermanos que acompañen a la sede policial de la Comisaría N2 de Fernando de la Mora, a lo cual estos accedieron por pensar que se trataba de alguna situación normal, de rutina, y no temiendo por nada pues no estaban involucrados en ningún hecho delictivo. Sin embargo, al llegar a la comisaría fueron encerrados en una habitación y posteriormente notificados que quedaban detenidos por un asalto donde ellos supuestamente eran los autores, para dar justificación a esta detención al día siguiente, en la Fiscalía, realizaron una supuesta identificación donde pusieron a los hermanos junto a otros cuatro hombre todos totalmente distintos a ellos físicamente y lo que señala Dionicio es que los otros estaban “bien vestidos” pues eran funcionarios del ministerio públicos, mientras que él y su hermano Teresio iban con ropa normal luego de un largo día de trabajo y haber pasado la noche en la comisaría. En esa identificación a Teresio le pusieron un casco pues la víctima dijo que uno de ellos llevaba casco y lo reconoció supuestamente por el cabello. Desde aquí comienzan las irregularidades en este caso, luego de la identificación los hermanos fueron derivados a la cárcel de Emboscada.
Para quienes no saben cómo se manejan las cárceles en nuestro país queremos comentar algunos detalles para ilustrarlos, primero queremos aclarar que todo lo que se paga es de mínimo 1 millón de guaraníes, para poder estar en una celda, es decir, para no permanecer en los pasillos de la cárcel, se paga, para tener un colchón, se paga, y es un colchón en el piso, para poder compartir la cama con otro recluso, obviamente no con fines amorosos sino para poder dormir un poco más arriba que el suelo, pues lo que suele ocurrir a los que duermen en el piso es que son mordidos por ratones, o se le meten cucarachas en los oídos, se paga. En total aquí ya se suma unos tres millones. En este caso cuenta Dionisio que le metieron a una celda que estaba preparada para cuatro personas pero donde ya estaban diez hombres, que por supuesto no se quedaron nada contentos con los recién llegados, dormían en el piso dentro de la celda, donde probablemente hay un poco más de seguridad para los reclusos, en comparación con los que permanecen por los pasillos, aunque la realidad es que en las cárceles no se duerme, no al cien por ciento, pues el peligro a ser acuchillado, robado o violado durante la noche es bastante probable. Lo más normal y lo mínimo que puede suceder son las diversas enfermedades, infecciones, disentería, tuberculosis, entre otros que no se logra erradicar por el hacinamiento, la humedad, la mugre.
También contó en el programa La Lupa que llegaron a encontrar hasta vidrio dentro de la comida que les servían en la cárcel. Pero eso no es lo único que se cuenta, las cárceles del país se solventan de donaciones para preparar el posible almuerzo de los reclusos, generalmente algún caldo para hacerlo más rendidor, donde los internos no cuentan con cubiertos sino que la mayoría se sirve la comida en botellas cortadas, estas donaciones generalmente vienen de alguna iglesia u otro benefactor que quiere expiar sus culpas haciendo una caridad a los prójimos que en este lugar se encuentran, y por supuesto nunca es suficiente pues todos los días se come, pero son muchos los reclusos que rechazan las comidas que sirven en la cárcel pues dicen que se les mezcla con pastillas o gotas de clonazepam o similares que colaboran a que los reclusos no causen tanto alboroto, pues pongámonos en el lugar de estas personas, encimados, sin descanso a la expectativa de lo que va a suceder y con hambre, solos y sin dinero.
Se dice que mantener a un familiar que está dentro de la cárcel es mucho más costoso que mantener a uno que está fuera, todo lo que adentro se vende es el triple de caro que afuera, jabón, papel higiénico, yerba, lo básico. Y tener muchas cosas porque los familiares traen de afuera también es un peligro pues de una cuchillada perdes, todo incluso la vida.
En fin, el proceso de Dionicio y Teresio se llevó adelante con un abogado privado al que habrán pagado desde el minuto cero un mínimo de 3 millones para mover los documentos, cosa que nunca hizo, más tarde la jefa de estos consiguió que un defensor público vea su caso, y en un día logró lo que el abogado privado no pudo.
A día de hoy ambos hermanos están endeudados hasta con la vida por esos seis meses que permanecieron dentro de la cárcel injustamente, sin ser delincuentes y sin tener absolutamente nada que ver en el asunto en el que se les involucraba.
¿Cómo cambió la vida de los hermanos? "Hasta ahora no puedo levantar cabeza", lamenta.
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