CIUDAD JARDIN RETOMA SUS FRUTOS DE DIGNIDAD

Jóvenes del Este, último bastión y esperanza por días mejores

CIUDAD DEL ESTE (filantropía, por Esteban Roa) La ciudad jardín retoma sus frutos de dignidad y esperanza y sirva de muestra para muchos otros ciudadanos del país, haciendo cosas buenas, cuidando al prójimo, bajando del rascacielos su ego y ponerse como humilde persona, para decirle al prójimo que necesitas y en que te puedo ayudar. Además esto sirve para derrocar al sistema político de nuestro país que bloquea la dignidad de los paraguayos. Sorpresivamente, la juventud esteña presentó su mejor faceta, subiendo a sus brazos a los desheredados compulsivos que sin otro horizonte que la calle, podrían perecer de frío y hambre en estas noches de invierno.

Por primera vez, fueron abiertas las puertas de un predio municipal para mitigar la soledad, el frío y el hambre de las personas en situación de total desamparo, en una ciudad con tantos recursos desperdiciados en la malicia de la corrupción.

La juventud que ganó la pulseada el 5 de mayo con su propia “estructura”, dio la mejor señal de humanidad y de misericordia al acoger con espontaneidad a las personas mayores, que posiblemente por primera vez, encontraron este signo luego de más de 15 años de “filantropías” publicitadas y pagadas con dinero público por parte de una parentela política que soñaba despierta con el exilio de sus detractores, el clan ZI, que hasta el momento goza todavía de incertidumbre, porque en este país la impunidad es la que flamea en los cuatro vientos, ya sea norte, sur, este y oeste. Esperemos que el dicho viejo no hay mal que dure 100 años tengamos que pasar por esta faceta y sufrir más. Tendremos que ponerle un fin a todos aquellos aipó capitán Florenciañez, a ese merejenjun Ireneo Franco, a esa hermafrodita que vive hoy día en tierra municipal desolad por no poder solventar el cuchi cuchi de algunos de sus gigolós, a la tal empresaria gua´u cuatro ojos Magda Gómez, gran sin – vergüenza, Nery Jara, y una jauría de concejales y hasta el propio susodicho Kelembu, otro gran badulaque en esta ciudad que se quiere presentar como el bobo de la corte.

Así también se reflejó la descomunal omisión gubernamental que causa la vieja generación política que se reserva para sí los recursos que debían destinarse a los derechos sociales conquistados, en un país donde la gente en situación mendicante expresa la ridícula opulencia y voracidad de una clase política degenerada, hostil y carente de alguna pizca de vergüenza. ¿Qué pasaría si de pronto dejamos de ser patriotas para ser humanos? Jóvenes de Ciudad del Este, al igual que aquellos zapadores de la guerra del Chaco que abrieron las primeras picadas en inmensos matorrales para defender la patria, están sustentando la decisión de resistir en todos los rincones del Paraguay.

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