LA ABOLICIÓN DEL CINTURÓN DE CASTIDAD HOY CON UN MINI BINIKI

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EMANCIPACIÓN FEMENINA EN EL SIGLO XXI

En pleno siglo XXI, el cinturón se parece más a un juguete de práctica sadomasoquista que a una prohibición sobre la virginidad o fidelidad de las mujeres. Te contamos la historia y las derivaciones de su uso.

Pero al parecer hubo más exageraciones sobre esta pieza de tortura que historias verdaderas. Los novelistas del siglo XIX pusieron su cuota de fantasía para agrandar el mito. Si algo despierta temor o fascinación es el tabú sexual y sus maneras culturales de asimilación. Según se sabe ahora, ninguna vagina soporta una lata contaminada y oxidada (es un órgano cálido y mojado) por mucho tiempo sin desfallecer por infección, hongos o inflamaciónes.

Por más que el mentado objeto aparece en el poema del Mio Cid, según Sebestyen Terdik, de la Academia de Roma “el mito surgió a partir de la propaganda veneciana contra su enemigo Francisco II de Padua, quien fue capturado en una guerra y estrangulado en su celda junto a su hijo. Para justificar esta muerte, inventaron la leyenda denigratoria de que en realidad él había obligado a su esposa a colocarse un cinturón de castidad como instrumento de tortura, por tanto era un ‘señor sádico, perverso y tirano’”.

Al parecer, el cinturón siempre fue un elemento de tortura. Pero aunque suene a locura galopante, no hace mucho, durante el siglo XIX –y bajo formatos más livianos- fue utilizado por algunas mujeres de Inglaterra y Francia para evitar violaciones y como una forma romántica de garantizar la fidelidad. El machismo internalizado, le llamamos las feministas.

En el siglo XX aparecen en los medios algunos casos aislados de tortura con cinturones. Un campesino veracruceño le colocó durante 12 años a su esposa un cinturón todas las tardes mientras se iba a trabajar al campo.

Hoy por hoy, siglo XXI, el cinturón de castidad es apenas un recuerdo de la edad media y el siglo pasado, las mujeres resolvieron romper el cinturón de castidad y hubo una revolución, tendiente a mostrar cada vez más del cuerpo y la anatomía femenina, a tal punto que hoy ya no nos sorprendemos cuando vemos a las féminas casi desnudas en las playas y otros lugares públicos. Hasta se puede llamarlo de libertinaje, de tanto atrevimiento de lo que antiguamente era el tabú del sexo. Obviamente los ojos masculinos se deleitan con esas curvas sinuantes que llevan al éxtasis visual a los másculos heterosexuales, lo que antiguamente no se veía porque estaban guardados bajo los cinturones, hoy gracias a la emancipación femenina, hoy sabemos los colores, como es los labios semidesnudos y algunas totalmente desnudas, pasadas por una afeitada after shave. Wooow, llegamos al coito sólo en pensarlo!

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